martes, 2 de junio de 2015

Currículum Vitae

El productor estrella se quita de encima el maleficio de no pegarla con un disco suyo y en su cuarto intento lo logra con una ayudita de sus amigos.

Para algunos la vida parece simple y seguramente lo sea para Mark Ronson. Pero no todo fue siempre color de rosa en la vida musical del británico: si bien consiguió posicionarse en los charts de su país con algunos de los cortes de sus primeros discos solistas, ni el público ni la crítica reparó demasiado en ellos. Primero debió andar un largo camino en la producción y se ve que se lo tomó tan en serio que la lista de artistas producidos es apabullante, van sin criterio u orden alguno: Bruno Mars, Rufus Wainwright, Duran Duran, Kaiser Chiefs, Christina Aguilera, Lilly Allen, Robbie Williams y hasta Paul McCartney, pero no se lo tendrá tanto en cuenta por estos trabajos sino que se lo empezó a considerar principalmente por sus aportes a popes hiphoperos si se me permite la cacofonía (Ghostface Killah, Lil Wayne, Nas, Q-Tip) y sobre todo, por haber sido gran responsable de revival de soul femenino a mediados de los 00′ (Amy Winehouse, Adele, Solange, Estelle).

A pesar de semejante currículum hasta ahora los trabajos en solitario de Ronson (no confundir con la marca de encendedores) no tuvieron la repercusión esperada, por ello se unió a Bruno Mars con quien editaron el irresistible tema del verano (austral) “Uptown funk” y el resto vino solo. Para las letras colaboró con Mark nada menos que el celebrado escritor Michael Chabon y, por si no se tenía confianza para producir llamó a Jeff Bhasker (Kanye West, Jay Z, Rolling Stones) y Andrew Wyatt (Mike Snow).




El disco es un compendio de todo lo cool (esto pude ser tan bueno como malo, pero en este caso prima lo primero) que puede ser la música negra de ayer, hoy y siempre. Las canciones exudan un conocimiento enciclopédico de soul, R&B, funk y hip-hop, y en particular de James Brown (Feeling right con la imponenete voz de Mystikal) y Michael Jackson (I can’t loose), pero no sólo del pasado vive el hombre y muestra estar bien al tanto de las nuevas tendencias, en particular de toda la movida psicodélica australiana tan en boga por estos días de la que son parte Midnight Juggernauts, Jagwar Ma y  Tame Impala entre otros. Precisamente Kevin Parker, líder de estos últimos, participa en tres temas, mientras que ni bien uno comienza a escuchar los primeros acordes siente una armónica familiar que es de Stevie Wonder (!) quien participa en la intro del disco y en las dos partes del Crack in the pearl, retotrayéndonos a los clásicos de Stevie como Innervisions y Talking book. ¡Así no vale Mark!




Si bien la suma de las partes no tiene porque engrandecer al todo, podemos decir que esta vez sí lo hace. El de Ronson es un disco para poner al lado de Random access memories de Daft Punk, con el cual conserva varios puntos de contacto. Como sucedía con aquel, una vez que se entra en su mundo, es difícil volver a salir. El botón de play se queda trancado en sus temas y eso no es malo en este caso. Refrescante y adictivo, el disco se posiciona como uno de los lanzamientos del año.


(*) Este artículo fue publicado previamente en Radio UNO Digital

No hay comentarios:

Publicar un comentario