jueves, 26 de marzo de 2015

Nada de Cosas Raras

En el marco del programa de Fortalecimiento de las Artes y de manera gratuita en el Teatro El Galpón, comenzó un ciclo de recitales doble programa. El primero de ellos con las actuaciones de Don Nadie y Alberto "Mandrake" Wolf y Los Terapeutas. Estuvimos por allí y te contamos cómo estuvo.

El Teatro El Galpón, así como la Sala Vaz Ferreira, es uno de esos lugares que, ni bien uno entra, no se explica cómo no son utilizados más a menudo para espectáculos musicales como el de ayer. La hermosa (y calurosa) sala ubicada sobre nuestra principal avenida recibió a un público que se debatía entre los últimos coletazos del verano y el incipiente otoño. Gente con bufandas y campera y algún osado/a de remera y bermuda o pollera se dieron cita para ver a Don Nadie y a Los Terapeutas.




Los primeros en salir al escenario fueron los comandados por Sebastián Prada, que de existir en un lugar más justo, deberían estar sonando por todos lados. Pero no estamos en ese lugar justo y, a pesar del tiempo que llevan en la vuelta, los Don Nadie aún son una banda a descubrir para muchos. Su cálida fusión de estilos le puso un poco de color a la noche montevideana a fuerza de buenas canciones en un ajustado set de una hora previo al show de Los Tearpeutas.




Pasadas las 22:30, Alberto Wolf y los suyos (Daniel Jacques en bajo, Pedro Alemany en guitarra, Luis Jorge Martínez en batería y Gonzalo Gravina en teclados) salieron a escena e inmediatamente arremetieron con "De Desesperados", el homenaje de Mandrake a El príncipe Gustavo Pena, que no sonó de la mejor manera, así como también la canción que le siguió, otro clásico inoxidable de la banda pero en versión ralentizada, "De Ellos Dos", tremendo tema que lamentablemente padeció de un sonido que, si bien no era para nada malo, sí resulatba extraño. Esto se corrigió inmediatamente para otro temazo como es "Miriam Entró al Hollywood", que contó con un punteo digno de John Frusciante (ex Red Hot Chili Peppers) de Pedro Alemany, quien siguió, como el resto de la banda, luciéndose toda la noche. Mandrake aprovechó el momento para recomendar la milanesa obrera del bar al que refiere la canción, ubicado en Ejido y Uruguay.




La cosa venía de clásicos y hits y siguió, no bajando nunca el nivel (que siempre fue altísimo en la banda) y brindándole al público temas como "De tan Libre", que tuvo a lo largo de toda su ejecución un tufillo a americanba delicioso; la desopilante "Es Fácil Desviarse" en versión "cachonda" según el propio Wolf, quien se lució dando particulares pasitos de baile y arengando al público a que aplauda y cante; la no menos desopilante "Yaguarón", para la cual Mandrake dejó el micrófono y cantó como un poseso, haciendo del simple "birubí" (o como se diga y escriba) que reza la canción uno de los momentos de la noche; la sentida "Llegaste a Mi" en donde los teclados de Gravina empezaron a ponerse juguetones y ochentosos, aportando al sentimiento y potencia de la versión; "Mis Héroes", en la que Mandrake se extendió sobre quién trata el tema ("mis héroes son todos rotos..pero si se fijan hasta los más cracs hacen cualquier cagada") y cerraron con "Cococho" antes de los bises, para los cuales Los Terapeutas no se hicieron desear mucho, volviendo enseguida para hacer una versión oscurísima de ese standard nacional que es "Amor Profundo", posterior al amague de Mandrake de empezar a cantar "Hotel California".




Un cierre de lujo para el primer show de un ciclo que se extiende con recitales de El Resto de Nosotros/Circo de Pulgas, Ojos del Cielo/Mushi Mushi Orquesta y Mojo/Pecho e' Fierro en la misma sala y de manera gratuita. Después no se quejen queno hay qué hacer en Montevideo. Nosotros avisamos.

miércoles, 25 de marzo de 2015

La Fiesta Inolvidable

Lo inolvidable no necesariamente es sinónimo de bueno, puede también incluir  los aspectos malos de algo, y un poco de ambas características tuvo la edición 2015 del Lollapalooza Argentina (aunque prevaleció lo bueno). Aquí una crónica de un uruguayo en medio del tumulto bonaerense.

Uno se entusiasma, programa una agenda para poder abarcarlo todo y luego eso se va como arena entre las manos. Ese monstruo-ciudad que es Buenos Aires nos absorbe y de alguna forma, controla, no dejando que los planes previstos se lleven a cabo. Más aun si uno es un simple mortal de a pie. El festival insignia de los 90 creado por el líder de Jane's Addiction, Perry Farrell, que desde hace un tiempo se volvió mundial e itinirante, llegó  a Buenos Aires el año pasado y en su line up contó con, entre otros, Red Hot Chili Peppers, Arcade Fire, Soundgarden y un sinfín de etcéteras. Esto provocó que nos mandáramos este 2015 aunque, obviamente, el entusiasmo de uno decae cuando al estar ahí se da cuenta que no puede ver todo lo que imaginaba, aun sabiendo que las dinámicas festivaleras te absorben y desganan. Un poco de eso hubo, pero también de lo bueno, no vamos a ser tan quejosos.

Uno tiene algunos antecedentes yoruguas de festivales (La Fiesta de la X pongamosle) pero no tienen nada que ver con lo que realmente sucede en otras partes del mundo o aquí nomás. Saliendo de Uruguay todo se nos vuelve monstruosamente grande y Lollapalooza no fue la excepción. Montado en el hipódromo de San Isidro -localidad bonaerense que, para que se hagan una idea, es como un Carrasco ubicado a una distancia equivalente a la de Montevideo-El Pinar- el festival empezaba muy temprano y se extendía hasta entrada la madrugada ambos días. Llegar en el tren Mitre es toda una odisea para quien no lo acostumbra y al llegar a la entrada y ver una fila de más de dos cuadras (cuadras argentinas, obviamente más grandes que las de por aquí) se desalienta hasta el más optimista. De esta manera, a pesar de que la fila avanzaba bastante rápido, uno ya iba maquinándose con qué se perdió y estaba perdiéndose. El inmenso predio del hipódromo debía ser caminado por uno hasta llegar al lugar donde todo sucedía, los escenarios se veían gigantescos desde lejos e intimidaban a alguien acostumbrado más bien a lo pequeño. Igual llegamos.


                                          Foto: Difusión

El día 1 entusiasmaba para llegar temprano, ya que a las 15:45 (!) tocaba St. Vincent, nombre artístico que eligió Annie Clark para su proyecto, y en otro escenario Molotov. Sin embargo se hizo imposible llegar y nos quedamos con las ganas. Al llegar empezó el correcto show de los británicos The kooks. Entre gritos de histeria y brit pop tardío la banda dejó contentos a sus fans haciendo los temas que ellos querían escuchar. En el main stage 1, luego de finalizado el show de aquellos, salió a escena la hypeada banda Foster the People, quienes sacudieron un poco la modorra haciendo bailar a los presentes en un show notoriamente más concurrido que el de The Kooks, además se tomaron el atrevimiento de citar "The Inmigrant Song" de Led Zeppelin en obvio guiño a Robert Plant que tocaría inmediatamente después suyo en el otro escenario principal. Si bien Foster the Peolple tocó más de lo pautado, su recital no se superpuso al de ex cantante de Led Zeppelin, quien rompió con la puntualidad en la organización de los shows haciéndose desear un buen rato, más aún para los que aguardábamos bastante adelante entre el público a su salida.


                                          Foto: Difusión

Pasadas la 21:45 (media hora después de lo pautado) salió la banda de Robert Plant a escena y lo que muchos ansiábamos se hizo realidad. El guitarrista de The Sensational Space Shifters, Liam "Skin" Tyson  arremetió con los primeros acordes de "Baby I'm Gonna Leave You" y ahí la cosa explotó. El público agitó todo lo que pudo y coreó su clásico "Olé olé" para el británico que parecía una especie de chamán, de viejo sabio que no necesita de Zeppelin para conmover, aunque varios temas de su antigua banda fueron ejecutados ("Going to California", "Rock and Roll", "Whole a Lotta Love") junto a algunos de los más bellos tracks de su último álbum. La poderosísima banda de Plant conformada además del mencionado guitarrista por Justin Adams, John Baggot, Billy Fuller, Dave Smith y Juldeh Camara, se lució de forma brillante, volviendo por momentos al recital en una fiesta de música global. El show fue mágico incluso en los momentos en que el espíritu de Led Zeppelin no se hizo presente y lo que sonó fueron temas del reciente y excelente "Lullaby and...The Ceaseless Roar", como "Turn it Up", "Rainbow" y "Little Maggie" entre otras. Nadie salió indiferente del show de Plant, cuyo show por sí solo hacía valer el precio de la entrada (de los dos días si se me permite la exageración). Al despedirse Robert dijo que nos quedaramos para el show de su amigo Jack White en el otro escenario, y eso hicimos.


                                          Foto: Difusión

Más puntual que su amigo Plant, un endemoniado Jack White hizó sonar los primeros acordes de "Dead Leaves and the Dirty Ground" de The White Stripes y el público ya enloqueció desde el vamos. La entrega del de Detroit era patente: sudoroso e hiperkinético Jack recorrió su obra solista (sonaron temas de su último disco "Lazaretto" y del previo "Blunderbuss") así como también la de The White Stripes cómo no y de The Raconteurs (el hit "Steady, As She Goes" fue de la partida), otro de sus tantos proyectos paralelos. Si bien dijo que estaba en su "ciudad preferida de Latinoamérca" y que "no mentía cuando decía eso", si bien el recital sonó espectacular y lo cerró con ese himno de The White Stripes que es "Seven Nation Army", lo de Jack White será recordado por todos aquellos que lo vieron por ser el show en el que Robert Plant se subió en los bises a cantar junto a él una furiosa versión de "The Lemon Song" de Led Zeppelin. Un encuentro histórico que materializó el encuentro entre dos generaciones rockeras brindando uno de esos momentos mágicos que se dan cada tanto y no por este lado del mundo. Con los ojos humedecidos (seguramente por alguna basurita que nos entró) nos fuimos satisfechos por demás con el primer día del festival, para el cual cerró el dj estrella Calvin Harris que no tenía mucho para hacer luego de los sucedido más que ponerle música al cierre.


                                          Foto: David James Swanson
         
El día 2 nos encontró más y mejor preparados a sabiendas de cómo era la dinámica del festival. Bien descansados y con el ruteo ya establecido asistimos al show de Kasabian, cuyo guitarrista Sergio Pizzorno se disculpó ante el público por "no haber podido tocar antes" en el país. El de los británicos fue un show harengador en el que sonaron todos sus hits, desde "Club foot" a "L.S.F", pasando por "Days Are Forgotten" y temas de su último opus ("48:13", puesto 34 de los mejores discos de por allá para Cooltivarte) como "Eez-Eh" y "Bumblebee". Al cierre Pizzorno se fue cantando un bastante ridículo "Argentina va a salir campeón" que fue seguido por el cantante Tom Meighan quien se despidió entonando a capella una parte de "All You Need is Love". Todo innecesario pero pintoresco.


                                          Foto: Difusión

Ni bien finalizó lo de Kasabian unos cuantos adoradores de los alternativos 90 se iban corriendo y acomodándose de a poco para lo que se venía: The Smashing Pumpinks. El estar por este lado del mundo provocó que no pudiésemos ver por acá a las bandas en su momento de esplendor o al menos, con su formación original, pero el pelado Billy Corgan estaba y eso era lo que importaba. El alma máter de la banda, visiblemente más viejito y llenito, mantiene su gola en buenas condiciones y cantó lo que su público quería oir. Desde "Tonight Tonight", "1979", "Disarm" "Stand Inside Your Love", "Ava Adore" y "Zero" hasta el cierre furioso con "Bullet the Butterfly Wings", el pelado y su reformulada banda no mostraron nada nuevo bajo el sol pero hicieron lo que debían tras estar lejos de sus días de gloria.


                                          Foto: Difusión

Mientras finalizaban The Smashing Pumpinks la gente corría despavorida (mini avalanchas incluidas) al main stage 2 porque ahí tocaba el nuevo referente de lo que se entinde por estrella pop. Pharrell Williams llegaba por primera vez a la Argentina -y Sudamérica toda- y, si bien todo el mundo quería escuchar en vivo "Happy" (muchos seguramente fueron tan solo a escuchar ese tema) algunos esperábamos que nos regalase algún tema de su rupturista banda N.E.R.D. La cosa comenzó con uno de sus últimos cortes de difusión, "Come Get It Bae" y siguió con más temas de su último disco solista "GIRL" como "Marilyn Monroe", "Brand New" y "Hunter". Sorpresivamente el músico y productor estrella no se comió la cancha como uno imaginaba. Se mostró entre tímido e incrédulo ante la cantidad de público (dicen por ahí, unas 70 mil personas) y su voz no sonó de la mejor manera. Sin embargo, el grupo de bailarinas que lo acompañaba le puso un poco de color y picante al show que levantó cuando inesperadamente -al menos para quien esto escribe- se puso a tocar los temas de los que fue creador pero no protagonista, fue así que sonaron "Drop It Like It's Hot" (su colaboración junto a Snoop Dog), "Hollaback Girl" (Gwen Stefani), "Get Lucky" (¡dos veces!) y "Loose Yourself to Dance (Daft Punk) y, lo más sorpresivo, "Blurred Lines", su colaboración junto a Robin Thicke que le valió 7.3 millones de dólares por plagio a "Give to Give It Up" de Marvin Gaye. En el medio vino otra de las sorpresas: efectivamente Pharrell, aduciendo que lamentaba no haber venido antes y que por eso quería mostrar algo de lo que había hecho antes, llamó a su ex compañero de N.E.R.D, Shay Haley, para una seguidilla de temas de su antigua banda como "Lapdance", "Rock Star" y la poderosa "She Wants to Move" que hicieron que la gente saltara un rato, pero no mucho más. Obviamente, el final fue con "Happy" y todo el mundo contento. Ya cansados dejamos de lado la oportunidad de ver el cierre definitivo del festival con Skrillex para los que aún conservaban energías y nos fuimos con la sensación de que, lo mejor fue el día anterior.


                                          Foto: Fernando Dvoskin, Rolling Stone Argentina

Por las cosas buenas (excelentes mejor dicho) y por la malas (que no eran la mayoría), Lollapalooza Argentina 2015 fue para nosotros, la fiesta inolvidable.

viernes, 20 de marzo de 2015

Con la razón y con más fuerza

Spleen se vuelve internacional con nuestro amigo corresponsal Daniel Marius, quien tuvo la oportunidad de ver en Santiago de Chile el recital conjunto de Robert Plant y Jack White. Les dejamos pues, la vívida crónica de lo que fue ese concierto que nosotros no pudimos ver.


El escudo patrio de la República de Chile reza “Por la Razón o por la Fuerza”, ahora bien, Robert Plant y Jack White no se dejaron amedrentar y redoblaron la apuesta invadiendo Santiago de Chile en una noche emotiva y atronadora.

Robert Plant y Jack White se presentaban como el plato fuerte, el cierre glorioso del Festival Lollapalooza 2015. Una noche donde confluyeron dos generaciones y dos exponentes del sonido más puro del rock. La cita fue en el Teatro Caupolicán, ubicado en la comuna de Santiago Centro, rodeado de casas de repuestos y bicicleterías, como si el Cine Teatro Plaza estuviera en la calle Galicia rodeado de sucursales de Cymaco, algo así.

                                          Foto: RockNvivo

Una fila de gente ansiosa, compuesta por varias franjas etarias, daba vuelta la manzana del teatro a la espera de la apertura. A falta de apenas 30 minutos para la hora de comienzo pautada, las puertas del Caupolicán permanecían cerradas, (primera conclusión inmediata, no sólo en Uruguay los shows de rock son impuntuales). De todas formas, este leve retraso hizo crecer la expectativa de un público ávido de lo más reconocible del rock, a diferencia de lo visto el día anterior en un Lollapalooza donde las propuestas electrónicas fueron el centro de la atención según medios locales.

Unos 40 minutos luego de lo pautado y con sala repleta irrumpió en escena Robert Plant, que sin preámbulos abrió con “Babe, I’m Gonna Leave You” de Led Zeppelin (segunda conclusión inmediata, la noche venía emotiva). Acompañado de su banda The Sensational Space Shifters, con quienes editara en 2014 "Lullaby and...The Ceaseless Roar", Robert a sus 66 pirulos se muestra inquieto, reinventándose a sí mismo y redimensionando sus raíces. Con un una formación y un sonido world music, haciendo convivir folk, rock, blues, algo de electrónica, Plant nos invita a un viaje ecléctico por su presente y por su pasado con el cual parece estar reconciliado y orgulloso. De su último disco suena “Turn It Up”, su faceta mas blues actual, luego “Little Maggie” destacándose Juldeh Camara en el Ritti, un violín de una sola cuerda que le da un aura africana a la banda. Hubo tiempo para covers donde Robert le rinde tributo al viejo blues que tanto lo marco e influenció con “I Just Want to Make Love to You” de Muddy Waters.

Ahora bien, el grueso del público esperaba con ansiedad clásicos de Zeppelin, esta observación no denota una sagaz mirada de quien suscribe sino más bien una obviedad, lo sé, pero vale la pena aclarar que Robert cumplió con creces, sabiendo congeniar con un público que lo veía por primera vez y hablando en español preguntaba “¿Suficiente?” y ante la ensordecedora negativa la banda respondía con los riffs conocidos. El Caupolicán explotaba y admiraba a este veterano que lucía una resquebrajada cabellera pero no así sus famosos aullidos que se encuentran intactos. Robert nos llevó a pasear por su pasado y escuchamos “Black Dog” y “Going to California” reversionadas, reinterpretadas por Plant y su banda cambiando de climas, intercalando los riffs clásicos y poderosos anexando los teclados de John Baggot (Massive Attack) dando una nueva dimensión sonora a estos clásicos.

                                          Foto: T13

La noche avanzaba, Plant por enésima vez pregunta, “¿Suficiente?”, viene “Whole Lotta Love” y la fanaticada de Zeppelin ya está extasiada. Robert saluda, se va, faltan los bises o el bis. Vuelve y cierra con una reversionada “Rock and Roll”, el Caupolicán de pie, en mi interior dije: falto “Inmigrant Song” o tal vez “Heartbreaker”, capaz que apareciera Jack White como se rumoreaba en la previa y que reviente todo con “Communication Breakdown”… Nada de esto ocurrió, habría sido mágico e inigualable se lo hubiese agradecido hasta el día del juicio final.

Una hora luego de la despedida de Robert Plant, previo armado del sonido y una escenografía retro irrumpió Jack White a las tablas. El muchachito que parece haberse escapado del cerebro de Tim Burton, estrella de su generación en EE. UU. brindó un show atronador, adrenalínico y poderoso.

Con un escenario a pura potencia y a un volumen descomunal pero con un sonido que rozaba la perfección, Jack salió decidido a cortar cabezas con un repertorio que contempló toda su carrera. Ya de arranque con “Dead Leaves and the Dirty Ground” de los tiempos de los White Stripes, también “Hotel Yorba”. White se hizo tiempo de pasearnos por The Racounters con “Top Yourself”. Suena “Lazaretto” de su último disco y el escenario explota.

En todo momento Jack White parecía una bestia poseída acompañado por otros animales como el baterista Daru Jones, un animal salvaje que destroza parches. Pero ahí también la estaban detonando Dean Fertita en viola, Dominic Davis en el bajo, una banda brutal.

A medida que avanzaba el recital la pregunta subyacía, ¿tocarán juntos?, ¿cuando aparecerá Robert en las tablas?, ¿Reaparecerá finalmente?, la combinación parecía perfecta, raíces del rock y el blues se juntaban, suena “Ball and Biscuit” y uno dice ahora, pues no. Se reengancha con “The Lemon Song” de Led Zeppelin, por fin, ahora si, uno mira al telón, ahí viene y… nada. Finalmente Robert nunca reapareció, nunca compartieron tablas y fue realmente lo único negativo de la noche, hubiese sido una combinación perfecta y exquisita, otra vez ser...

El Caupolicán estallaba, Jack White vuelve para el bis, 3000 personas corean pidiendo “Seven Nations Army”, en el “ooooohhhhh” se cuela un grupejo que canta “oooohhhh Esteban Paredes” homenajeando al 9 de Colo Colo autor de dos goles el sábado en el clásico Chileno contra la U, (conclusión inmediata tres, la futbolización del público rockero no solo está en Argentina). Explota el clásico de los White Stripes, se cierra oficialmente el Lollapalooza 2015, dos generaciones del rock hicieron vibrar a Santiago de Chile. La artillería de estos dos caballeros cruza la cordillera a Argentina luego de aplastar Santiago con la razón y con fuerza.

Daniel Marius

lunes, 16 de marzo de 2015

Los Mejores Discos del 2014 (De Por Acá) - Del 10 al 1

10-  Ciudad Dormitorio - Carmen Sandiego














Técnicamente, "Ciudad Dormitorio" dio a conocerse en diciembre (más precisamente el día 24 de dicho mes) del 2013, pero como todo lo que tiene lugar por esas fechas queda relegado por un lapso de tiempo, nosotros lo tomamos como uno de los mejores discos yoruguas del año que pasó. El otrora dúo freakie folk que emulaba a los Moldy Peaches ya hace tiempo tiene otra formación (ahora son un cuarteto) y están más rockeros, pero no por ello perdieron esa sensibilidad entre aniñada y freak ("Generación 2002"), entre intelectual y conocedora de la jerga callejera y, lo más importante: no han perdido el humor ("Monja en la Fiesta", "Fiat 600"). Un disco que perfectamente podría venir de La Plata, pero fue hecho acá.








9- Amansará -Chancha Vía Circuito














Pedro Canale viene desde hace ya tiempo realizando música fascinante bajo el alias de Chancha Vía Circuito, pero por estos lados nunca salió del gueto de la movida cumbiatrónica (todos los artistas del sello Zizek Records, por ejemplo) a pesar de que un tema suyo apareció en un episodio de Breaking Bad. El asunto es que lo suyo va mucho más allá, ya que no sólo de ritmos bailables se alimenta su música, sino también del folklore argentino en el sentido más amplio del término. Lo suyo por momentos parece un trabajo antropológico de rescate de las músicas de raíz de su tierra pero siempre atravesada por la electrónica más sutil y minimalista. El resultado: un viaje musical atemporal al que se debe tomar muy en serio.








8- Linyera - Melingo














Para su nuevo disco, el séptimo en su carrera si contamos su incursión en el reggae ("H2O", 1995), Melingo sigue firme con el tango y la milonga, pero decir esto de un artista como él no implica que se encierre en un estilo particular, ya que se abre al jazz ("La Canción del Linyera") y a la música clásica, así como también al ritmo del arrabal en versiones electrónicas y dub del mismo (hay remixes de "La Sombra" y "La Maceta"). No sorprende la calidad del disco ya que, desde que comenzó con el asunto tanguero allá por el lejano 1998 con "Tangos Bajos", no ha parado de brindar excelentes resultados. Cada vez más refinado, este cantor al que por su voz aguardentosa se lo compara en el exterior con Tom Waits (quizás más que en la voz el parecido puede venir por el lado de lo histriónico) pela otro disco sin igual, que no puede ser menos que uno de los mejores del año que pasó.










7- Convoque Seu Buda - Criolo














Kleber Cavalcante Gomes, más conocido como Criolo, llega con todas las de ganar para su tercer disco de cosecha personal. El paulista arrasó en el 2011 con su segundo opus "No na Orelha" (2011)
y ya corría con ventaja, por eso, la expectativa era alta para este disco, pero Criolo la superó con creces. El rap de siempre es fusionado de magistral manera con MPB, funk, soul y demás ritmos para dar lugar a un disco adictivo, refrescante y esencial para entender la música brasileña de hoy. Desde el tema que abre y da nombre al disco hasta "Fio de Prumo" el disco nunca baja la guardia. Criolo se la banca.






6- El Manto Eléctrico - Pez













Cada poco tiempo tenemos la siempre grata noticia de que salió un disco de Pez, y el 2014 no fue la excepción. Los reconvertidos al formato trío dejaron de lado la experimentación progresivo-tanguera que supieron cultivar en algún momento y se enteregaron de lleno al formato power trío desde su anterior trabajo discográfico. Desde el arte de tapa hasta en lo musical el disco exuda setentismo, pero no se queda en ese molde. El bajo de Fósforo García está bien adelante en la mezcla volviendo al sonido  de la banda (sumado a los ecos en las voces) casi dub por momentos, metiéndole un poco del funk metal de Fishbone al espíritu Sabbath que siempre sobrevoló su música. Desde el comienzo con los más de seis minutos de "Cráneos" pasando por las excelentes "Retoman los Restos", "Los Viajes Maestros" y el tema que da título al álbum, podemos decir que estamos ante uno de los más redondos discos de Pez en un buen tiempo.









5- Resituación - Nacho Vegas















¿Qué decir de Nacho Vegas que no se haya dicho ya? La verdad, poco. Quienes estén al tanto de la música de la península ibérica sabrán que desde fines de los 90 el asturiano viene desarrollando una consistente discografía solista, de cuño autorreferencial que en lo musical lo ha emparentado con los grandes trovadores de siempre (Dylan, Cohen, Waits, Cave) pero también con los más outsiders (Townes Van Zandt, Will Oldham, Nick Drake). Sin embargo también es sabido que lo suyo parece más de esta época y por ello podríamos hablar de Bonnie Prince Billy y Micah P. Hinson. Comparaciones aparte, el sucesor de "La Zona Sucia"(2011) es otra gran colección de canciones que merecen una escucha atenta y reiterada. No es que haya que estar escuchándolo todo el día, pero sí se le debe un poco de paciencia, ya que con las sucesivas escuchas el disco gana por varios cuerpos.









4- Conducción - Ases Falsos














Habíamos dicho antes que Chile es uno de los caldos de cultivo del pop de la región y que, Cristóbal Briceño es una de las máximas figuras del mismo. Al mando de su principal banda, los Ases Falsos, viene a confirmar lo que el excelente "Juventud Americana"(2012) vaticinaba: canciones que se cagan en los géneros, formas o estilos pero que tienen mucho más rock que muchos grupos que se jactan de serlo. Briceño y compañía no le temen a lo grasún (chequear si no la tapa de su primer disco con el cantante Juan Gabriel disparando rayos de luz por los ojos y la tapa del disco que nos ocupa) y a pura desfachatez pueden hablar de la situación actual de Chile o de una situación sentimental así como también de la realidad de ser músico. Todo eso con la influencia del folklore chileno (Parra, Jara, Inti Illimani) y Los Tres en partes iguales.









3- Encarnado - Juçara Marçal
















La gran Juçara Marçal es la cantante de los impresionantes Metá Meta, con quienes en el 2012 nos regaló el excelente "Metal Metal". Es curioso que después de tanto tiempo en la música (estuvo también en los grupos Vésper y A Barca) recién se dé el espacio para un disco solista. A pesar de ello, podemos decir que la espera valió la pena; Juçara pone su exquisita voz al servicio de canciones que mezclan tradición y vanguardia con la muerte como eje temático de todo el disco. Marçal saca de su zona de comfort a la MPB (es algo odioso que siempre nos llegue la música brasileña como algo alegre que esconde saudade o melancolía), llenándola de inflexiones, tiempos muertos, ruidos y otros elementos casi antimusicales que a ella le quedan demasiado bien.








2- El Éxodo - Eté & Los Problems














Ernesto Tabárez y los suyos a finales del año pasado nos dejaron el esperado sucesor de "Vil", que fue un punto de inflexión en la banda y que dejó temas como "Lo Muertos", "El Futuro" y "Punto Muerto", demostrando por qué son una de las mejores bandas de rock de Uruguay. Ahora les quedaba confirmar lo que habían demostrado con su anterior disco y vaya si lo hicieron: el mejor disco de rock yorugua del 2014 es el suyo. Pocas dudas caben ya que desde el vamos con "El Incendio" la tónica y excelencia quedan marcadas. Este es un disco de ruptura sí, pero no el típico, ya que también puede resultar furioso desde lo musical ("Ruta 8", "Aparte") y no sólo desde las letras. El éxodo en este caso no es de una muchedumbre con algún motivo, sino el personal de Ernesto Tabárez tras una situación difícil. Un viaje catártico de poco más de media hora que además posee ese hit en potencia que es "Jordan" no es cosa de todos los días. Por aquí celebramos por ello.









1- Remolino - Acorazado Potemkin
















Y el podio de nuestra lista es para una de las mejores agrupaciones surgidas en Argentina en este último tiempo. Tras el también excelente "Mugre", Acorazado Potemkin logra la tarea de superarse a sí mismo tras su notable debut y nos entrega un disco compuesto por once aguafuertes porteñas que te dejan sin aliento. Desde el arranque con "A lo Mejor" ya sentimos que estamos ante algo grande. El trío conformado por Juan Pablo Fernández en guitarra y voz, Luciano Esaín en batería y voz y Federico Ghazarossian en bajo se muestra firme y seguro en lo suyo, ya que no se trata de principiantes. Estos tres muchachos han estado, y están, involucrados en múltiples proyectos, que van desde Pequeña Orquesta Reincidentes (en el caso de Juan Pablo Fernández) a Don Cornelio y la Zona ( Federico Ghazarossian), pasando por Valle de Muñecas y Flopa-Manza-Minimal (Luciano Esaín), y un poco de todos ellos hay y también más, ya que la banda -un verdadero power trío- es poseedora de una fuerza arrolladora pocas veces vista para el tipo de música que hacen. Hay melancolía y rabia comprimidas en canciones que parecen siempre a punto de estallar. Una verdadera bomba.



miércoles, 11 de marzo de 2015

Los Mejores Discos del 2014 (De Por Acá) - Del 20 al 11

20- Aguas de Marte  -Moldes



El rock peruano -algo tan increíblemente distante para nosotros como puede ser la música asiática- tiene a su gran banda en Moldes, un cuarteto que tras su debut en el 2010 rompe con lo ya hecho y entrega "Aguas de Marte", un disco de rock alternativo filoso y con inclinación psicodélica y noise que tiene sí, a Sonic Youth como referente pero también un componente secreto (local, quizás) que los hace muy particulares. A prestarles atención.








19- Planes - Franny Glass















Gonzalo Deniz viene construyendo una fructífera y celebrada carrera bajo el alias salingeriano de Franny Glass. Si bien "Planes" no rompe con los trabajos previos del artista eso no quita que estemos ante otro muy buen trabajo del uruguayo, que cada día pisa más firme en el camino de la canción. Desde la apertura con "El Campo en Ciudad" nos topamos con un disco cálido, de canciones bien construidas y sumamente personales. Veremos cuáles serán los pasos a seguir por Franny Glass de aquí en más.








18- Ballenas Muertas en San Sebastián - El Columpio Asesino















Dentro de la abundante cantidad de material surgido del indie español, lo de El Columpio Asesino siempre se destacó y poseyó una fuerza particular. Su último disco no es la excepción y está a la altura de otros excelentes trabajos de la banda como "De Mi Sangre a tus Cuchillas" (2006) o "La Gallina" (2008). Los de Pamplona  entregan nueve canciones furiosas y directas, siempre con esa particularidad en la lírica y los juegos musicales que los caracterizan. "La Lombriz de tu Cuello", "Babel", "A la Espalda del Mar" y el tema que da título al disco dan claras cuentas de que  hay Columpio para rato.








17- El Mar Sin Miedo - Santullo













Para su segundo de estudio Fernando Santullo conformó una banda potente que le inyecta rock a su hip hop charrúa y a su poesía tanguero-existencialista. No solo hay de lo primero y lo segundo sino también murga-canción, indie, post punk de por acá (versión de Don Cornelio y la Zona incluida) y otras yerbas que, si bien no hacen perder para nada la identidad musical del ex Peyote Asesino, amplían el abanico estilístico gratamente. Fernando se muestra suelto y según lo que las canciones requieran pasa del rapeo al spoken word o a lo que sea necesario. Con gran cantidad de feats (Emiliano Brancciari de NTVG, "Pinocho" Routin y Juan Campodónico entre otros) y mucha fuerza dan ganas de navegar el mar sin miedo.







16- Perspectiva Caballera - Sr. Chinarro














Antonio Luque, uno de los más originales e inclasificables músicos españoles lanzó nuevo disco en el 2014 al frente de su banda de siempre, Sr. Chinarro. Lo de Luque y los suyos no sorprende en lo más mínimo -pero para bien- ya que nos tiene acostumbrados a la calidad. La acidez en las letras, el humor sardónico y la excelencia musical se hacen presentes una vez más en un disco que comienza bien alto con "Droguerías y Farmacias" y que tiene en "Viaje Astral", "Los Conejos" y  "Ácido Fórmico" algunos de los mejores temas en español del año que pasó.







15- ¡Formidable! - Riki Musso














Luego de desertar de los ahora súper exitosos Cuarteto de Nos y de haber hecho algún disco impenetrable para el oído medio ("Servo"), el siempre inquieto Riki Musso editó uno de los discos que más polvareda levantó el año pasado en la música uruguaya. Como si hubiese pulido las imperfecciones de discos de sus antigua banda que no estaban tan mal como algunos dicen ("Revista ¡¡Ésta!!", "Cortamambo"), Musso se despacha con un disco que raya la perfección, en el que parece haber puesto toda la carne al asador tanto en las letras como en lo musical para posicionarse definitavemente como lo que siempre fue: un gran hacedor de canciones.








14- Vista Pro Mar - Silva














El brasileño Lucio Silva de Souza, más conocido por su apellido -que le sirve a su vez de nombre artístico- luego del éxito que significó su primer disco "Claridão" (2012), editó su sucesor el año que pasó y que ocupa estas líneas. En "Vista Pro Mar" los lineamientos generales son los mismos: poptismo llevado adelante por esa mezcla tan actual entre lo orgánico y lo electrónico sin llegar a la pista de baile. Si se lo tuviese que comparar con algún artista anglosajón no sería desacertado decir que hay cosas de James Blake, Wild Nothing y How to Dress Well en su música. Elegancia brasuca.







13- Ahorita Vengo - Clorofila














Clorofila es el alias de este músico, productor y diseñador que es Jorge Verdín, parte del Nortec Collective, quien se empapó en toda la cultura de la frontera -es lo que implica ser de Tijuana- para mezclarla con lo más actual de la electrónica, dando lugar a una irresistible mixtura que no te deja quieto ni indiferente. Tan sólo siete temas le bastan (en teoría esto sería un EP) a Clorofila para encender la llama del baile en uno y, a su vez, meter la música norteña mexicana en lo más top del mundo musical actual. Lo que ya intuimos bueno con su anterior y también muy recomendable "Corridos Urbanos" aquí se reafirma. Un golazo.







12- Magnética - Quantic














Quantic es una de las tantas personalidades del inglés Dave Holland, uno de los tipos que, tras vivir años en Cali, Colombia, puso la música tropical en las pistas de baile de todo el mundo. Primero empezó con el funk crudo de las primeras épocas del género con The Quantic Soul Orchestra, colaboró con cantantes de soul como Alice Russell y luego vino el idilio tropical, lo cual es entendible teniendo en cuenta sus antecedentes: Quantic trabaja con las diferentes músicas negras, sobre todo las de raíz, aportándoles elementos actuales de la música de baile. El resultado es tan encantador como fascinante y si no chequeen por ustedes mismos. ¡Sabor!






11- Boa - Morbo y Mambo 














"No es rock, no es stoner, no es dub, no es afrofunk, es todo eso junto". Con esa carta de presentación los Morbo y Mambo le dan las pistas para ser escuchados a quienes ingresen a su mundo a través de su página en Bandcamp, y debe ser una de las más acertadas definiciones que una banda ha dado de sí misma. El combo de siete músicos con base de operaciones en el barrio bonaerense de San Telmo hace una música tan viajada como exquisita, en la que el Miles Davis de "On the Corner" o "Bitches Brew" (sus trabajos más funkies) se topa Fela Kuti y Queens of the Stone Age, aunque suene raro. Su sonido puede ser tan incitador al baile como abrasivo y psicodélico. Una de las mejores bandas de la vecina orilla de la cual esperaremos con ansias su siguinte disco. Hipnótico.


lunes, 9 de marzo de 2015

Los Mejores Discos del 2014 (De Por Acá) - Del 30 al 21

30 - Cores e Valores - Racionais MC's






Los paulistas se despachan con otro gran disco después de 12 (!) años. Con la excepción del DVD/disco en vivo "1000 Trutas, 1000 Tretas" (2007) esta crew no registraba un disco de estudio desde el doble e imponente "Nada Como Um Dia Após O Outro Dia", que marcó un hito en la música brasileña toda. Sin embargo, y lejos del comfort que significaría seguir haciendo lo mismo, los Racionais se adaptan a los tiempos que corren y por aquí lo celebramos. La tapa citando a la ahora de culto "The Town" (aquí estrenada como "Atracción Peligrosa") de Ben Affleck merece una valoración aparte.








29-  La Deriva - Vetusta Morla

















Si bien en su país se les criticó bastante (de una manera negativa) por este disco, acusándolos de flojos y "descafenaidos" en las letras, lo cierto es que para nosotros lo de los madrileños Vetusta Morla huele a consolidación. Se les achacó de ser menos "profundos" y un sinfín de adjetivaciones más bien al pedo, pero es lo que suele generar un grupo al que le va bien. Las expectativas generadas por este disco fueron muchas y quizás algunos salieron decepcionados, pero por aquí vemos un trabajo más que atendible de estos indies españoles a los que les queda mucha tela por cortar. Mención aparte para los excepcionales trabajos de percusión.







28-  Deja un Rato Piola - Cristóbal Briceño















Uno de los tipos más hiperactivos y prolíficos de la región sale al ruedo con su primer trabajo solista (o no). ¿Cómo es esto se preguntarán? Y bueno, es que Briceño en el mismo 2014 -además del segundo disco de Ases Falsos- editó "Amigo de lo Ajeno", en el cual versionó desde Chayanne a Ricky Martin interpretando a Franco De Vita, pasando por Litto Nebbia y la canción de cierre de Dragon Ball (sí, leyó bien). El fundador de Futher Mockers (ahora rebautizados como Ases Falsos, una de las mejores bandas chilenas actuales) pero también de Las Chaquetas Amarillas, La Esterella Solitaria y el dúo Los Mil Jinetes es editado por los sellos argentinos Fuego Amigo y Polvo Boreau y el resultado es un buen puñado de canciones intimistas que tendrán su edición física de 100 casettes (!)








27- Granada - Silvia Pérez Cruz-Raül Fernández Miró














La inclasificable catalana vuelve con su segundo disco después del impresionante "11 de Noviembre" del 2012, esta vez a dúo con Raül Fernández Miró. En "Granada" la cosa va de covers y para ello busca el apoyo de las guitarras de aquel. Con el disco a dúo de Enrique Morente con Pepe Habichuela ("Despegando", 1977) como faro, estos dos artistas poseedores de diferentes backgrounds musicales se fusionan a la perfección dando así lugar a versiones dulces y explosivas, como la fruta y el arma a las que el título del disco hace referencia. Artistas tan disimiles como Albert Pla, Novos Baianos, Edith Piaf y Fito Páez son pasados por la mesa de disección de estos dos verdaderos cirujanos sonoros.





26- Carne Doce - Carne Doce














La revelación de la música brasileña cosecha 2014 son estos muchachines de Goiânia que, después de un auspicio EP, se mandaron un gran disco debut en el que los contrastes campo/ciudad, tradición/modernidad y delicadeza/salvajismo destilan su esencia. Diez canciones redonditas con la gran voz de Salma Jô al frente hacen de este uno de los más prometedores discos de la música brasileña actual, que cuenta con tan solo dos años de vida y ya hizo lo que muchos querrían. 








25- Constante - Diosque















Este tucumano residente en Buenos Aires que en el 2006 editó su primer disco (I Can Cion) llega al sello chileno Quemasucabeza para su tercer opus, el aclamado "Constante". Decimos aclamado refiriéndonos a la blogósfera y un montón de páginas que reivindican lo alterlatino. Rótulos y elogios aparte lo de Diosque es sumamente interesante: melodías extrañadas, sintes y bases electrónicas mezcladas con guitarras acústicas y letras de un intimismo enrarecido. No es difícil entender por qué fichó para el  mencionado sello. La dosis justa de extravagancia y experimentación al servicio de canción.







24- Alexandre - Mombojó














Los pernambucanos de Mombojó nos dejaron un excelente disco el año que pasó. El él conviven los ritmos típicos de su región así como las texturas y ritmos propios de nuestra época. Su mixtura que ya lleva más de 13 años, período en el cual han sobrellevado inclusive la muerte de uno de sus integrantes, se hace más fuerte y experimental, adaptando al nordeste brasileño las experimentaciones propias de gente de otros lares como Stereolab o el Radiohead más juguetón.






23- Últimos Días del Tren Fantasma  -107 Faunos














¡Los platenses volvieron a hacerlo! Lo bueno que ya habían hecho en "Creo que te Amo" y su primer disco homónimo es amplificado en este disco. Siguiendo con una estética bien definida que los ubica junto a El Mató a un Policía Motorizado, Bestia Bebé y Las Ligas Menores entre otros, en esa escena entre indie y chabona, entre la actitud barrial y lo sofisticado de la música alternativa. Canciones que se corean como en la cancha pero en el cuarto.






22- Salvadora Robot - Meridian Brothers














Estos colombianos nada o poco tienen que ver con la música a la que se asocia su país. Si bien su música puede llegar a resultar bailable (hay una cumbia o salsa destartalada sí), lo cierto es que sus melodías y estructuras esqueléticas los emparentan más con el post punk que con la cumbia o el vallenato. Si a eso le sumamos lo delirantes que resultan visual y líricamente podemos decir que estamos ante uno de los más particulares grupos musicales del país cafetero. Si se le encuentra la vuelta resultan irresistibles.








21- Otra Era - Javiera Mena















Estrella en su país pero artista de culto fuera de él, la chilena Javiera Mena irrumpió en el mundo musical con el celebradísimo "Esquemas Juveniles" (2006) y siguió con "Mena" (2010), en los cuales siempre hubo elementos electrónicos y sobre todo fuertemente ochentosos que, si bien tenían su desfachatez se inclinaban más a la introspección que al baile. Pues todo lo contrario sucede en este disco porque, tal su título, es "otra era" parece decir Javiera. Un disco asumidamente azucarado, deliberadamente hedonista e irreprochablemente pegadizo.

jueves, 5 de marzo de 2015

Los Mejores Discos del 2014 (De Por Acá) - Del 40 al 31

40- El Alta - Pancho





Pancho Coelho Cuore -ex Pompas y Dante Inferno, actual guitarrista de Buenos Muchachos- se mandó a fines del año pasado un hermoso disco solista que quizás debió llamar más la atención por el poder de sus canciones, de letras entre cotidianas y surrealistas, de una extrañeza atípica que se intuye desde el vamos con "Sacrificio" y que impregna todos los siete temas de los que se compone este disco. La canción al poder.






39- LPIV - Los Punsetes














En su cuarto disco los madrileños cuyo nombre está inspirado en el ex político español Eduard Punset, pulen y redondean todo lo que venían mostrando en sus anteriores (y recomendables) trabajos como "Una Montaña es una Montaña" y "LP2"). El mismo pop irónico, de letras que están entre los sublime, lo bizarro y lo desconcertante. "Me Gusta que me Pegues", "Museo de Historia Natural" y "Opinión de Mierda" dan clara cuenta de lo antedicho.






38- Nefertiti - Protistas














Como dijimos antes, Chile es dentro del panorama regional, una de las canteras inagotables de buena e interesantísima música pop, y Quemasucabeza es uno de los sellos que mejor lleva adelante este concepto, editando sendos discos de Javiera Mena, Gepe, Alex Anwandter y quienes nos ocupan, Protistas, que en su tercer disco dan muestras de que deben ser tenidos en cuenta a la hora de hablar de la música chilena actual. Intimista y cálido, el disco está plagado de buenas melodías que se van quedando de a poco en nuestra mente.






37- Pavement Tree - Bigott














Esta verdadera rara avis de la escena española, zaragozano de nacimiento, luego de autoeditarse sus dos primeros discos se hizo un lugar en la prensa y el público con "Fin" (2009), al que le siguieron otros discos no menos importantes ("This Is The Beggining Of A Beautiful Friendship", "Blue Jeans"). A un ritmo de casi un disco por año, este verdadero personaje se despacha con otro nuevo gran disco, como para no perder la costumbre. Inimitable e inigualable lo de Bigott tiene para rato.






36- Jonathan Sánchez - Power Chocolatín Experimento














Pocas veces un nombre tan delirante es tan ajustado con una banda, y sobre todo en su concepción musical. El power y el experimento están claramente presentes (chequear si no la versión de "Informe Sobre Valeria" de Fernando Cabrera) en cada una de las diez canciones de Jonathan Sánchez. Lo que genera la duda es lo del chocolatín, pero eso se deja ver en los arte de tapas, videos y las letras, por momentos casi aniñadas y de un genial absurdo. Un disco que contiene canciones con títulos como "Niño con Bigote" y "La Reivindicación Cheta de la Cumbia" no puede ser menos que uno de los mejores discos del año que pasó.





35- Rainha dos Raios - Alice Caymmi














Otra brasileña de familia ilustre, Alicia es hija de Danilo Caymmi y nieta de nada más y nada menos que Dorival Caymmi, una de las leyendas de la MPB. Digna de su tradición familiar y poseedora de una imponente voz, Alice se le anima casi por entero a composiciones de otros para su segundo trabajo. Entre lo más destacado se encuentran las versiones de Caetano Veloso ("Homem", "Jasper") y de Caetano y Gil ("Iansã"). Para poner al lado de Ceu, Karina Buhr y Tulipa Ruiz, otras ilustres cantantes de nuestro país del norte.





34- Sobras de Duda - Centavrvs














Centavrvs surgió de la pregunta que en algún momento se hicieron sus fundadores: ¿Qué saldría de la conjunción de canciones típicas de la Revolución mexicana con la electrónica, de las rancheras con los beats? El resultado está a la vista y es más que interesante. Para este disco, así como alguna vez contaron con Carla Morrison, contaron con la participación de Denise Gutiérrez de Hello Seahorse! para uno de los puntos altos del disco.






33- Julen y la Gente Sola - Julen y la Gente Sola














De toda la fermental escena montevideana de bandas que está por fuera de cualquier circuito mainstream (si es que tal cosa de veras existe en la ciudad ) y que pueden tocar en cines, clubes de bochas y librerías, Julen y la Gente Sola es una de las que siempre se destacó, por su propuesta entre naive y sesuda. La producción de Ezequiel Rivero (uno de los más presentes en toda la escena mencionada) realza la calidad de las composiciones. Hay colaboraciones de Ernesto Tabárez (Eté & Los Problems), Diego Rebella y Flavio Lira (Carmen Sandiego) que vienen a afirmar que a pesar de diferencias estilísticas y generacionales, hay un espíritu colaborativo en la "escena" montevideana.





32- Between Ones and Zeroes - Les Mentettes














El grupo argentino lanzó el año pasado el sucesor de "Songs For An Imaginary Film" del 2011. En este nuevo disco el gran sonido de la banda se amplía y, si bien sus influencias folk y glam siguen siendo notorias, hay una amplitud más que bienvenida. Todos los temas están cantados en un perfecto inglés tal que, si no nos dijeran que son del otro lado del charco, pensaríamos que son de algún país del hemisferio norte de habla inglesa. Para dejarse llevar.





31- Martes Mártir - Martes Mártir















No por amigos de la casa los Martes Mártir se ganaron un lugar en esta lista, sino a fuerza de grandes canciones. Estos muchachos que hace rato están en la vuelta montevideana editan su primer disco "largo" luego del EP "Sinestesia". Para lo nuevo el sonido se oscurece y se vuelve más intrincado, seguramente después de escuchar mucho a Joy Division y Slint, entre otros. Desde el comienzo con "Ala Delta" hasta el final con "IIIII" el disco atrapa. Misterio y buen sonido le auguran a los mártires una saludable vida.