El pasado lunes fuimos testigos nuevamente del paso de un ex Sonic Youth por Montevideo. La vez anterior fue el guitarrista Lee Ranaldo (junto al baterista Steve Shelley que también iba a estar esta vez pero no fue de la partida), y en esta oportunidad le tocó a su cerebro creador y líder indiscutible. Hablamos de Thurston Moore que vino, rockeó y se fue.
Pasadas las 21:30 horas los teloneros salieron a escena, y eran nada más y nada menos que una de las bandas que más veneró (junto a Buenos Muchachos quizás) la música de Sonic Youth, hablamos de La Hermana Menor. Los liderados por Tüssi Dematteis dieron un ajustado mini show en el que se quisieron pasar de sónicos, cosa que seguramente el eterno babyface de Thurston Moore escuchó desde el camarín. Quizás le gustó o quizás no, pero lo que sí sabemos fue que, al salir a escena -ya bastante pasada la hora estipulada para el comienzo del show- ya empezó a y hacer ruido.
Luego de una breve introducción en la que la banda compuesta por la bajista de My Bloody Valentine y Primal Scream, Debbie Googe, el guitarrista James Sedwards y el baterista suplente de Steve Shelley (que no pudo estar según el propio Moore ya que "se encontraba en Nueva Jersey enfermo aunque mandaba un saludo a todos y decía que nos quería"), Ryan Sawyer -que igual anda bien de bien- parecía estar afinando, arremetieron a guitarrazo y distorsión con "Forevermore", segundo tema del cuarto opus solista de bueno de Thurston, "The Best Day" (2014) uno de los discos del año, en el que se centró casi por completo el show. La cosa siguió con "Speak to the Wild", el tema que abre el disco, invirtiendo así lo que podía ser la lógica de setlist.
Si bien no hubo espacio para la nostalgia por la juventud sónica- lo más cercano que tocó Moore fueron dos temas de "Psychic Hearts", editado en 1995 en paralelo a su banda, el que da título al álbum y "Pretty Bad", que además fueron los bises- el que fue sabía que así sería el negocio. Visiblemente de buen humor, contento y charlatán con el púbico, el neoyorquino dio cátedra noise, de distorsión y ruido blanco jugando con con su guitarra a dejarnos sordos para luego devolvernos a la más amable y pop de las melodías. Porque quienes lo conocen bien, saben que ambas facetas conviven en el blondo guitarrista.
Las canciones si bien fueron ejecutadas de manera soberbia tuvieron su momento para el cuelgue de los diferentes instrumentistas, que se olvidaban de la canción y se entregaban al trance de la distorsión y el fuzz. Sin dudas el momento culminante de la noche fue "The Best Day", la canción que da título a su nuevo álbum y que nos hace extrañar un poco menos a Sonic Youth, que en el 2011 dio un fallido concierto -para quien esto escribe- en el que se notaba la mala onda reinante entre ellos.
Fue un gusto verlo a Thurston Moore así, rodeado de otros buenos músicos y dejando a todo el mundo hipnotizado por la furia/calma guitarrera que él, como ningún otro, sabe llevar adelante. Esperemos que vuelva.
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