El año en que vivimos en peligro. El año en que se iba a terminar el mundo. Ese año que no fue y en el que John Cusack no nos
salvó de la debacle nos dejó una gran
cantidad de discos (quizás por ese motivo todos se apuraron a editar el suyo a
modo de posible testamento), quizás demasiados. Y claro, hubo de todo: los grandes
confirmaron por qué son grandes (en el más amplio sentido de la palabra), hubo
vueltas, ediciones inesperadas, confirmaciones, algún debut y decepciones,
cómo no. Estos son los discos del año de aquí, de allí y todas partes que
llegan tarde pero llegan.
El viejo Bob lo consiguió de nuevo. El trovador nos regaló con Tempest
su disco número ¡35! Y como no podía ser de otra manera, es otra obra maestra
(nos tiene mal acostumbrados desde Time out of Mind del 97), sin embargo, hay
una diferencia con respecto a esa suerte de trilogía (Love and Theft, Moderrn
Times y Together Through the Life) que precedió al disco que nos ocupa: en este
disco todo está teñido de violencia, desde la lírica (las imágenes y paisajes
desoladores de algunas de las canciones son de lo más escabroso que ha escrito
Dylan), pasando por el arte de tapa (todo teñido de rojo sangre), lo visual
(chequeen el video de "Duquesne Whistle" si no) y la música misma ("Narrow Way" es
una de las composiciones más “agresivas” de toda su carrera y "Pay in Blood" un título más que elocuente).
Hay lugar para todo dentro de esta visión rojiza de las cosas, desde homenajes
a compañeros que han quedado en el camino (Lennon, en "Roll On John") hasta
recreaciones poéticamente libres de hechos históricos como lo es la tragedia
del Titanic (la épica "Tempest").
Cual Ave Fénix, Malcom John
Rebennack Jr., mejor conocido como Dr. John, resurgió de sus propias cenizas
con la ayudita de Dan Auerback de The Black Keys (que cada día se afianza más
en su papel de productor), que le pone además guitarras a todos los temas (suyo
es el incendiario solo de "Getaway", uno de los temas de un disco lleno de los temas). Un disco que es justo decirlo, es el más entrador, radial y,
aunque suene idiota, cool de todos sus discos. Si bien Gris-Gris o The
Sun, Moon & Herbs son hoy clásicos de culto, este es un clásico moderno que
exuda energía funky y groove por todos sus poros. "Revolution", "Eleggua", "You Lie", "Ice Age" o el tema que da nombre al álbum conforman una de las vueltas musicales más
inesperadas y gratificantes a la vez.
La resurrección del año que pasó .
Neil Young & Crazy Horse- Psychedelic Pill
No podía ser de otra manera,
el Chamán siempre está dando la nota. A falta de uno editó dos discos. Si Psyhedelic
Pill no hubiese sido editado, Americana (una entrañable colección de covers de
temas tradicionales norteamericanos) perfectamente hubiese ocupado uno de los
lugares de esta lista. Eso sí, seguramente no ocupara el podio como sucede con
este nuevo clásico. Un disco enorme en todo sentido, ya que además de ser
doble, posee temas (verdaderos tour de force) que sobrepasan los 16 minutos de
duración ("Ramada Inn", "Walk Like a Giant") e inclusive se vuelven pequeñas suites
(como "Driftin’ Back", que abre el disco, de ¡27 minutos!) y son ejecutados con
su banda de siempre, los Crazy Horse, más afilados que nunca.
Para los amantes del viejo
Neil este fue el año, para los que no
(lamentamos), dos plato
Las “viejas ideas” a las que
el eternamente cínico Coen hace referencia y de las que se mofa, no son más que
las ideas/obsesiones que recorrieron toda su obra: el amor, el sexo, Dios (y
las diferentes combinaciones que puedan surgir de las tres). Después de ocho
años sin material desde Dear Heather, el poeta arremete con todo y condensa su
propia obra, basándose en el pasado (es cierto que "Amen" suena a "I’m Your Man" ¡hasta fonéticamente! pero como es él no nos importa, cero objetividad) pero
mirando hacia el futuro (hay algunos detalles musicales que lo muestran aggiornado
a estos tiempos), agregando así nuevas perlas a su repertorio. Un disco que
tiene temas como "Going Home", "Show Me the Place", "Darkness" o "Crazy to Love You",
no puede ser menos que uno de los grandes discos del año que pasó.
La tía que todos queremos
tener, la madrina del punk, nos trae su mejor disco desde ¿Gone Again? Una pieza
que, viniendo de otros, podría sonar pretenciosa y ombliguista, pero que
viniendo de ella son viajes de verso libre que sirven de pretexto para jugar
con la palabra y sentirla, saborearla, deglutirla y regurgitarla en los oídos
de todo aquel que se entregue. Los tópicos de las canciones parecen ser las
grandes personalidades, históricas o del presente. En la misma bolsa caben
Johnny Depp ("Nine") y Américo Vespucio ("Amerigo"), Amy Winehouse ("This Is the Girl")
y Nikolai Gogol ("April’s Fool"). La acompaña además en esta travesía la troupe
que grabó con ella su hoy clásico Horses y un tal Tom Verlaine (Television).
¡Ah! El nombre, que suena a
grito de guerra de alguna extinta tribu ancestral, es en realidad, el nombre de
un perro de una novela de Mijaíl Bulgákov (¡!)
El ¿ex? White Stripes, The Racounters, The Dead Weather (¡uf! ¡qué fácil parece ser para algunos!) y productor en
ciernes, enemigo de los Black keys, bah, de Auerback que es el que tiene menos
cara de boludo y parece que es el que manda de los dos, no pudo esperar y,
luego de prestarle su archimaravillosa guitarra y demás talentos a toodos esos
proyectos, se corta solo. Y era de esperar, era tan solo cuestión de tiempo que
esto sucediese. Era previsible. También lo era suponer qué camino iba a
transitar el ¿ex? marido, hermano de Meg White (qué linda pareja rechoncha
blanca, roja y negra formaron en algún momento). El camino era exactamente ese
que uno imaginó, ese blues siglo 21 todoterreno pasado por ese filtro garagero
y podrido, salvaje pero elegante a la vez. Y si bien sabemos todo por
anticipado, el factor previsibilidad no afecta a White como puede afectar a
otros. El hecho de que sepamos de qué va la cosa hace aun más irresistible el
juego. Ahí están para comprobarlo "Missing Pieces" y "Sixteen Salteens" (el momento
más White Stripe del disco) por sólo nombrar dos.
Dirty projectors- Swing Lo
Mallegan
He aquí una consagración.
Luego de Bitte Orca del 2010, David Longstreth y sus chicas entregan el
iluminado Swing Lo Mallegan. Un disco que pone contento, que ilumina tu día. Y
si bien es cierto que puede sonar a manual de autoayuda barato, desde que
comienza a sonar el tema que abre el disco ("Offspring Are Blank") la luminosidad
se intuye: voces que dan piruetas pero que suenan cristalinas, coros de chicas,
beats que arropan de una calidez particular a las melodías (¡y hasta palmitas!) y todo puede ser parte de un mismo tema inclusive. Además otros temazos están ahí
para ratificar la excelencia ("About to Die", "Gun Has No Trigger" y el que le da
nombre al disco son claros ejemplos de ello) y cierto gusto por el riesgo, sin
perder nunca por ello la calidez. Diez puntos.
David Byrne & St. Vincent- Love This Giant
¿Qué podemos decir de David Byrne que no se haya dicho aun? Más
bien nada, excepto elogios. Aun cuando para muchos su colaboración con Fatboy Slim (Here
Lies Love del 2010) basado en la vida de Imelda Marcos, viuda del dictador
filipino Ferdinand Marcos (¡!) no fue del todo agraciada.
El ex cantante de los fundamentales
Talking Heads sigue su camino de colaboración y experimentación con colegas que
comenzó allá en los primeros '80, cuando editó el adelantado My Life in the Bush of Ghosts junto con el más adelantado de todos, Brian
Eno (con quien volvería a las andanzas con el hermoso Everything That Happens
Will Wappen Today del 2009). Su aliado esta vez es ella y es la hypeada
princesa Indie St. Vincent. Hay que decirlo: la dupla es demoledora. Todo
exuberancia funky, llena de caños, bronces y samplers. Temas que a la primer
escucha ya suenan a viejos conocidos. "Who", "Ice Age", "Dinner for two" o "I am an ape" son
los más parecido a los Heads (circa Naked o Speaking in tongues) que Byrne haya
grabado jamás desde la separación del mítico grupo.
He aquí otra consagración.
Los australianos psicodélicos se pusieron más psicodélicos aun que en su genial
debut (Innerspeaker del 2010, o el disco como cartón de ácido) y de la mano de
ese gran mete mano -disculpen si soy redundante pero es así- que es David Fridmann
(Flaming Lips, Mercury Rev, Mogwai, MGMT) le dieron más densidad y delirio a su
nueva producción. Si bien Kevin Parker, líder de la banda, anduvo contrariado
en un principio con lo que sería su segundo opus parece que le encontró la
vuelta. ¡Y vaya si la encontró! "Feels
Like We Only Go Backwards", "Elephant", "Enders Toi" y "Mind Mischief" sólo pueden
engrosar para bien el repertorio de esta banda que, de seguir así, se convertirá
en breve en un nuevo clásico y que los posiciona en la historia grande musical de su país.
Django Django- Django Django
Como por ese afán avariento
de querer procesarlo todo (cosa que no se puede) estas líneas llegan más tarde
de lo que deberían, ahora nos vemos ante la necesidad de aclarar que nada
tienen que ver estos ingleses blanquitos, pulcros y cuasi nerds con la nueva película de
Tarantino. Aquí no hay niggers ni esclavistas ni peleas de mandingos aunque si
Quentin algún día se cuelga con la ciencia ficción quizás podría musicalizar
algún paisaje lunar con la música de estos revivalistas del cachengue
inteligente que fueron de lo más hypeado de la prensa especializada de todos
lados. La diferencia esta vez con respecto a otros productos inflados es que aquí hay música y de la buena. Es cierto que las
influencias son rastreables (Devo, The Beta Band y todo el kraut rock a la
cabeza) pero ante hitazos como "Default", "Hail Bop" o "Zumm Zumm" (imposible no
mover la patita con los dos primeros y de querer agarrar a todo quien se
encuentre en la vuelta y armar trencito con el tercero) uno no puede más que derretirse.
Atenti al parecido de "Waveforms" con los Babasónicos (¿habrán estado los Django
Django escuchando Jessico e Infame?
Este hermoso y siniestrito
conjunto de canciones es la consagración definitiva tras cuatro producciones
previas de los de Baltimore. El álbum abre con "Myth" y cuando escuchamos la voz
de la francesa Victoria Legrand (hasta el momento no tenemos datos certeros que
afirmen que sea una nieta no reconocida de Chiquita) ya sabemos que no puede
fallar. El resto es igual de envolvente e hipnótico, "Wild", "Lazuli" o "Troublemaker" parecen pequeños clásicos olvidados que alguien encontró en alguna
cinta perdida algún tiempo atrás. Algo atemporal y fantasmal recubre la atmósfera sugerente de este disco mayor y atrapante.
Bobby Womack- The Bravest Man in the Universe
La segunda resurrección más
sorprendente y mejor lograda del año se dio esta vez de la mano de Damon Albarn
(que está en todas) y Richard Russell, quienes a su vez tocan con el propio
Womack en la banda. El disco número 27 de la carrera del soulman es una
colección de canciones que tienen una raigambre totalmente sesentosa que, al
mismo tiempo que nos transporta a los tiempos en que reinaban sellos como Motown y Stax, se
deja llevar por la modernidad, cortesía de los más arriba mencionados, que por
momentos llevan a Bobby al hip-hop y al R & B actuales (por momentos el
disco dialoga con el testamento discográfico de Gil Scott-Heron I´m New Here de
hace un par de años que también abrazaba al hip-hop).
Sólo basta con sentir cantar
a capella las palabras que dan título al disco en su comienzo para estremecerse
por esa poderosísima y mágica voz. "Please
Forgive my heart", "Deep River" y "Stupid" son tan solo algunas de las gemas de este
tremendo y cautivante disco.
Otra confirmación es la de
los de Brooklyn que, tras el excelente Veckatimest del 2009, siguen al frente
de la liga de la justicia del pop (bien entendido y no como mala palabra) llenando
de canciones preciosistas, abundantes en climas y arreglos que las llevan a un
nivel superior. Lo de Grizzly Bear puede sonar tremendamente actual aunque uno puede intuir que su corazoncito cancionístico esté cercano a los
sesentas psicodélicos y al folk barroco de bandas como The Byrds o, por
momentos, a los mismísimos Beach Boys (de Pet Sounds, claro). Este disco que fue grabado
en tan sólo seis meses durante un impasse de las giras es, según lo que aseguraron
en definir los propios miembros de la banda, el más colaborativo de todos sus
discos. Entonces que viva la democracia rockera pues.
Mark Lanegan Band- Blues Funeral
Como no tuvimos disco de
Nick Cave el año que pasó (está recién salido del horno Push the Sky Away, lo
nuevo del australiano indomable) este disco del otrora cantante de los
Screaming Trees (banda pionera del grunge que nunca llegó al reconocimiento
masivo) y colaborador de los más célebres discos de los Queens of the Stone
Age, entre otros tantos proyectos, vuelve a la carga sintetizando todas sus
facetas en este disco que está a mitad de camino entre Cave y Echo & the
Bunnymen, con altas dosis de cantina de mala muerte y podredumbre. Necesario, más no precisamente refrescante.
AC Newman- Shut Down the Streets
O yo vi mal o en ninguna de
las mil millones de listas de “lo mejor de” que salen cada fin de año figuraba
este bello trabajo de uno de los tantos canadienses ilustres que por suerte
existen aunque no le den la pelota que merece. El colorado también integrante
de los New Pornographers se despachó con un disco frágil y luminoso que hasta
en la portada parece emular a esos clásicos setentosos de los por aquel entonces
populares songwriters que todo lo dominaban (James Taylor, Jackson Browne) pero
con un espíritu más freakie si se quiere. Un trabajo, como el de Dylan, Coen,
Smith, Van Morrison, coherente con una visión artística y de cómo hacer las
cosas. Temazos
como "I’m not Talking", "Encyclopedia of Classic
Takedowns", "Strings" o "There´s Money In New Wave" no hacen más que poner a la
canción al poder.
Van Morrison- Born to Sing-No Plan B
El gnomo irlandés siempre lo
hace bien y parece inoxidable. No hay con qué darle. Y es que como dice el
mismísimo título de su última joyita, él nació para cantar y no hay
alternativas. Y a cantar se entrega en este disco reposado y ameno en el que
Van se pasea por lo que más le gusta, el blues tamizado por ese costado místico
celta del que viene impregnando sus composiciones desde la época de clásicos
como Astral weeks o Moondance. "Open the Door (to Your heart)", "End of the Rainbow" o el tema que da título al disco son portadores
de la calidez de un concierto intimista brindado por el duende para nuestro
deleite. Cantada por Morrison hasta la guía telefónica podría sonar bien.
Alabama shakes- Boys and Girls
Sin lugar a duda uno de los
debuts del año. Impulsados y producidos en un principio por Jack White (cuya voz por momentos parece emulada por la
cantante/guitarrista de la banda, Brittany Howard, que como Bukowski, dejó su
trabajo en el correo para volcarse de lleno a su arte). Musicalmente la banda
como bien indica su nombre continúa en cierta forma con esa tradición sureña
del rock de guitarras (Lynyrd Skynyrd, The Allman Brothers) pero con cierto
encanto soul que también se debe a la fuerte influencia de Janis Joplin y su
Big Brother and The Holding Company. El disco no da respiro: desde que abre con
el hit "Hold On" y arremete con "I Found You", "Hang Loose", "You
Ain´t alone" (más Joplin que Joplin) y no para.
Lee Ranaldo- Between Times and Tides
Sabíamos que el tipo es un
groso, no sólo por haber sido parte (guitarrista y ocasional cantante) de una
de las bandas más grandes del rock alternativo de todos los tiempos -si algún
despistado no lo sabe, hablamos de Sonic Youth- sino también por sus
experiencias solistas previas, pero quizás lo subestimamos un poquitín y le
dábamos más pelota a Thurston Moore, ¡porque nunca pensamos que iba a pelar
semejante disco! Es un tema atrás de otro, plagados de esos estribillos que,
como sucede con el mejor pop, se te pegan para siempre y no hay con qué
sacarlos. Una catarata de pequeños himnos que podrían haber formado parte de lo
mejor del último Youth (de Rather Ripped para acá pónganle) como "Waiting On a
Dream", "Off The wall" o "Angles", que podemos decir que
tienen un costado más popero al que nos tenía acostumbrada su ¿antigua? banda,
sin embargo la locura distorsionada de la juventud adolescente sigue emergiendo
("Xtina as I Knew Her") o inclusive el bueno de Lee deja ver su costado más
folkie-Cash en temas como "Stranded" o "Hammer Blows".
Y el disco de electrónica del
año es para... ¡Hot Chip! Ahora que LCD Soundsystem dejó la vacante para el podio
de banda electrorockera, los antes producidos por el líder de aquellos (James
Murphy) se autoprodujeron su quinto disco de estudio y metieron algunos de los
mejores temas bailables (y a secas) del año. El disco abre con el tema "Motion
Sickness", que parece más de Hercules & Love Affair (otra banda fichada y
producida por Murphy para su sello DFA) por su regusto funky y de a poco va
tornándose encantadoramente ochentoso si es que pueda considerarse a algo
ochentoso adorable. "How Do You Do" y el
im-po-nen-te hit que es "Don’t Deny Your Heart" son parte de esta fiesta hecha canción. Si esto no te mueve…
Fiona Apple- The Idler Wheel
Fiona, la de los discos que
salen cada mucho tiempo y que tienen nombres más largos que las canciones de
The Smiths (inclusive éste que nos ocupa tiene un título intransferible -por lo
largo- al papel/pantalla) volvió después del costoso hijo maldito de su discografía
(Extraordinary Machine del 2005). La muchacha sigue haciendo esa mezcla
irresistible de piano y voz con toques de música vieja como a ella tanto le
gusta y que tanto ha influido con unos pocos discos (escuchen si no lo que hace
Regina Spektor por ejemplo) y alcanza sus puntos altos en "Daredevil", "Hot Knife" y "Werewolf", que vienen a dejar en claro que su alma perturbada sigue brindando
excelentes canciones.
Dinosaur Jr. - I Bet on Sky
Si bien es cierto que desde
que se reunieron en el 2005 -tras años de idas y vueltas y dimes y diretes-
habían editado Beyond y Farm (del 2007 y 2009 respectivamente), lo cierto es
que este disco sorprende por lo redondo que es. No sobra nada. J mascis, el
eterno mutante, canta y compone como nunca con la formación original de
Dinosaur Jr. y entrega otro clásico a su
discografía. "Watch the Corners", "Almost Fare" y "What Was That" son sólo algunas de las excelentes canciones que dejan en claro
cuánto tuvieron que ver esta banda (así como The Dream Syndicate, Sonic Youth, Pixies,
Hüsker Dü) en otras bandas hoy clásicas como Nirvana y Pearl Jam.
Spiritualized- Sweet Heart
Sweet Light
Si bien es cierto que sin el
aura de clásico eterno que es el enorme Ladies and Gentlemen We Are Floating in
Space (que parece insuperable hasta ahora) Jason Pierce y los suyos editaron
nuevo álbum y eso siempre es una buena noticia. Después de una intro de rigor
el disco abre bien arriba con "Hey Jane" para luego nunca bajar, y cuando decimos
esto nos referimos a lo psicotrópico, no al estado de ánimo que reflejan las
letras (“A veces deseo estar muerto porque sólo los que viven pueden sentir el
dolor” canta Pierce en "Little Girl"). El disco flota entre ese soul drogado y
eses gospel lustroso que caracteriza a la banda y que además de los antes
mencionados deja otros grandes temas como "Too Late", "Freedom y I Am What I Am" (toda una declaración de principios que, como no podría ser de otra manera, es
una hermosa locura).
Donald Fagen- Sunken Condos
Otro grande que se las traía
de callado. Uno de esos tipos cuyo nombre quizás no resuene en nuestro
inconsciente colectivo pero del cual seguramente conocemos unas cuantas melodías.
Fagen es una de las mitades de Steely Dan, emblemática banda estadounidense de
los '70 que se caracterizó por la mixtura de rock y jazz (muy en boga por
aquellos días) pero con un toque bailable si se quiere que no le temía a lo
grasita. Escuchen Pretzel Logic de 1974 y verán cuán airosos salen de esa
cruza.
Aquí nuestro Donald pela
funky hecho y derecho y se mete con toda la música negra de la era de dorada y
humilla. Placer.
Bat for Lashes- The Haunted Man
Otra que se consagra para el
público (con su tercer disco) aunque ya había demostrado talento en sus dos
anteriores grabaciones es Natasha Khan, más conocida como Bat for Lashes. En su
nuevo disco ya desde el arte de tapa (ella misma desnuda lleva a un hombre a
sus espaldas cual presa, como si recién
lo hubiese cazado) podemos ver la frontalidad de la propuesta. Sentimientos a
flor de piel cantados por una voz frágil que parece a punto de estallar en
pequeños fragmentos y que por momentos puede acercarse a Björk o a la más
reciente Florence and the Machine. Suyos son algunos de los temas del año que pasó como "All Your Gold" y "A Wall".
Divine Fits- A Thing called Divine Fits
De la cruza de un Spoon
(Britt Daniel) y un Wolf Parade (Dan Boeckner) surgieron los Divine Fits, lo
que se puede decir, un nuevo ¿supergrupo? del indie norteamericano actual. La
banda surgió en el mismo año 2012 y en seguida editó este maravilloso disco
debut de no debutantes, compuesto de temas que pueden humillar a muchísimas
otras bandas y que son de altísima factura y poder de adicción. Prueben con "Baby Get Worse", "My Love is Real" o "For Your Heart" y dejen de escucharlos por un momento y
después díganme si no padecen la abstinencia. Nosotros les avisamos.
¡Y volvió! Cuando la dábamos
por muerta (o al menos muy confortable en su catsuit de diva soul) y pensábamos
que había agotado sus siete vidas, Chan Marshall volvió con nuevo disco y un
poco a lo que tanto adorábamos de ella en Moon Pix y You Are Free. Pero tan
solo un poco, porque musicalmente, Marshall se le animó a todos los
instrumentos (para la grabación de este disco se despojó de su banda) y agregó
nuevas paletas de sonido antes no tan exploradas por la artista,como el uso de
sintetizadores por ejemplo. Este tipo de grabación intimista vuelve más
despojada y clara la propuesta, llenando de luz los rincones más oscuros del
pensamiento post ruptura amorosa (Marshall previo a este disco se separó de su
por entonces pareja Giovanni Ribisi) aunque el despecho siga ahí.
!Ah, viene en mayo a Uruguay!
Los inglesitos (ninguno de
ellos pasa los 23) no sólo lo hicieron de nuevo, sino que superaron a sí mismos
con este segundo gran disco que pasa con creces la prueba de admisión post
debut inflado por todos. La propuesta es la misma que en su primer disco (XX
del 2009 ¡si no lo escuchó hágalo ya!) pero enriquecida por la madurez que
denota la instrumentación y la elaboración trabajadísima de los temas. Todos
buenos, ni un punto bajo. Etéreo y espacial, ambiental y oscuro. Todo en las
dosis justas y necesarias para dar lugar a grandes momentos como "Angels", "Fiction" o "Sunset" que recuerdan a cierta música de baile introspectiva y al
catálogo exquisito del sello 4AD.
Best Coast- The Only Place
Producidos por el gran Jon
Brion (Elliot Smith, Fiona Apple, Polyphonic Spree) los Best Coast
se quitan de encima cierta ñoñez y dan a luz uno de los discos más iluminados por
el sol del año. El astro inspirador en
cuestión no es el de cualquier región del mundo si no el que baña de luz la Costa Oeste y
más precisamente la de California. Herencia que emana el disco en todos sus surcos.
Sí, están los Beach Boys y Fleetwood Mac (no el blusero, el de Rumours), pero
también están el punk de los '80 y el folk sesentoso que tanto bien hace de
vez en cuando.
Otro que fue desenterrado al
año que pasó fue el hombre que nos ocupa: Bill Fay. El tipo grabó dos discos
(Bill Fay y The Time of the Last Persecution) en los tempranos '70, parece que
no tuvieron gancho y le rescindieron el contrato. Luego de esto algunas pocas
grabaciones más y se lo tragó la tierra. Aunque parece que algunos que lo
habían escuchado fueron hasta el mismísimo centro del planeta donde se
encontraba y lo hicieron volver a grabar. Así, con una ayudita de sus amigos
– el productor Joshua Henry y Jeff Tweedy de Wilco - que a su vez son fans
confesos del artista, le aportan toda la modernidad y el brillo posible en la
producción a esa voz prístina y bella que tiene Fay. Encima éste hace "Jesus,
Etc." de Wilco. ¿Qué más podía pedir un fan como Tweedy?
God Speed You! Black Emperor- ¡Allelujah! Don’t Bend! Ascend!
Radical, tanto en lo musical
como en lo político, es una de las palabras que mejor definen a estos
canadienses que desde hace tiempo fueron metidos en la bolsa del post rock (una
de las etiquetas más odiadas por los músicos que son categorizados en ellas
junto con el trip-hop) y que no editaban desde hace diez años. Estos
extremistas vendrían a ser el reverso de Rage Against the Machine en cuanto a
la forma de arengar y expandir sus mensajes: en sus largos pasajes
instrumentales llenos de furia/calma guitarrera, se cuelan discursos políticos
que refuerzan la incitación al “rompan todo” pero desde un punto de vista que
no intenta siquiera acercarse a lo panfletario, como sí sucede a veces con la
antes mencionada banda. Sus cuatro temas, que más que temas son pequeñas
suites, no aportan realmente nada nuevo a su discografía pero refuerzan lo
hecho en toda carrera, con igual fuerza y ganas de patearle el culo a este
mundo.
M. Ward- A Wasteland Companion
La mitad de She & Him
(la otra es Zoey Deschannel que tiene una participación constante en todo el
disco) edita nuevo disco en solitario y pone en el freezer por un momento a la
banda que le dio participación en los charts y se despacha a sus anchas con un
disco bien yankee, pero en el mejor de los sentidos. Temas que remiten tanto al rock de los '50 como al country y al blues pasados por un filtro de guitarras
bien mugrientas, casi lo-fi por momentos, que es una verdadera delicia ("Watch
the Show", "Wild Goose"), aunque ese gusto por lo pop también se haga
patente en "I Get Ideas" y "Primitive Girl". Se lo puede escuchar de mil maneras y
siempre será bueno.
Ry Cooder- Election Special
Dejáme de Bruce Springsteen.
Todo bien con “El Jefe” pero el que arremetió con todas contra sus país (EE.
UU.) en plena campaña electoral fue Ry Cooder. El songwriter de los '70 que
poco tenía que ver con James Taylor y que es más conocido por estos lares por
algo que hizo más que por su nombre y obra propios (fue quien allá a
mediados de los '90 “descubrió” a los valores de Buena Vista Social Club)
carga las tintas y entrega un disco enraizado en la más pura tradición de la americana, que lo muestra exquisito e implacable y que va del blues de "Cold
Cold Feelling" y "Mutt Romney Blues" (un ataque irónico al representante Mitt
Romney que, desde la óptica de su perro habla
del maltrato que éste recibió de aquel según un comentario público) al rock más
aguerrido de "Guantanamo" y "The Wall Street Part of Town". Un disco que tuvo a la
crítica de su lado pero que, a la hora de las listas, todo el mundo parece
haber olvidado.
The Shins- Port of Morrow
El solo hecho de que haya
sido editado un nuevo disco de The Shins ya lo hace merecedor de un lugar en
esta lista. Hacía ya cinco años que no sabíamos de ellos y encima su cantante y
principal compositor, James Mercer, se había embarcado con una de las mentes
más brillantes de esta generación, Danger Mouse, para dar a luz un proyecto en
conjunto, Broken Bells, cuyo disco homónimo se ubicó como uno de los más
importantes de la década que pasó. Si bien no está a la altura de sus
predecesores –es justo decirlo- el disco contiene alguna bellísimas canciones
como "Simple Song", "September" y "For a Fool" que nos
devuelven la esperanza de que al menos
sigan siendo los de siempre.
The Modfather, héroe en su
Inglaterra natal (verdadero profeta en su tierra que desmitifica el dicho) y
líder sobre todo de The Jam, banda que a caballo del punk saliente y la new wave incipiente, influyeron a todos los que vendrían luego y no sólo
musicalmente (chequeen si no el cortecito de Liam Gallagher y los trajecitos de The Hives, por sólo dar dos
ejemplos). Luego se cortó solo y se quitó las vestiduras
de copadito generacional abrazando otras influencias de las cuales renegaba en
sus años mozos. Fue así que basándose en Dylan, Neil Young y el soul dio forma
a una impecable carrera solista que cuenta con algunos clásicos de los '90 en su país como son los bellos Wild Wood y Stanley Road. Luego en los '00 no
se quedó atrás alcanzó el éxito crítico y de público con Ilumination. Lo cierto
es que esta versión 2012 de Weller poco tiene que ver con sus discos previos ya
que se pone psicodélico a morir y toma como fuentes a la electrónica, el dance
e inclusive el dub. Otra capa más de este artista cebolla que es este Paul (no
el otro). Un disco que crece con las sucesivas escuchas.
Otros que hacía tiempo que
no editaban (hacía cuatro años desde Carried to Dust) eran lo de Tucson,
Arizona. Estos tipos que no hay manera de que no nos caigan bien (aparte de su
coqueteo con lo latino en las letras y lo musical que ya nos gana) ya que su música
es de veras entrañable por donde se la mire: una conjunción de frontera,
desierto y tierra adentro a la que ahora se le agrega el paisaje de New Orleans
-donde decidieron grabar el disco- el cual abre con "Epic" que deja en claro los lineamientos que
seguirá el disco, cuyos otros puntos altos pueden encontrarse en "Sinner at the
sea" y la canción que da nombre al disco. Lo único que se podría decir en contra de este disco es su quizás excesiva duración, pero teniendo en
cuenta que desde hace cuatro años no grababan, no nos podemos quejar de tener
más Calexico.
Mark Knopler- Privateering
El ahora reconvertido al alt country Mark Knopler, otrora autodenominado “Sultán del Swing” y
cantante/guitarrista de los Dire Straits, dobla la apuesta de otros grandes
discos solistas suyos como Sailing to Philadelphia (de la banda de sonido de "Mentiras que matan" de Barry Levinson, 1997) y se despacha a sus anchas con este
otro gran disco (en este caso doble). En él el eximio guitarrista despliega
toda su versatilidad, yendo de las raíces del blues ("Hot or what") al country
("Go, Love"), pasando por el bluegrass ("Privateering") y la americana toda,
llegando inclusive a coquetear con las influencias celtas ("Yon Two Crows", "Kingdom of Gold"). Un disco plagado de perfectas gemas para poner al ladito del
de Ry Cooder.
How to Dress Well- Total Loss
Sí, ya sé que Frank Ocean
sacó disco nuevo y es una maasaa, que se parece a Stevie Wonder, Prince y
Marvin Gaye juntos jugando al Twister, sé que se llama Channel Orange y que
estuvo en el tope de prácticamente todas las listas y que fue la sensación
pero he aquí un disco más sofisticado que el de Frankie que exuda igual o más
sensualidad que el de aquel y, al haber editado Anthony and the Johnstons el
año que pasó un disco bastante flojo si lo comparamos a lo que nos tenía
acostumbrados, este disco único del productor y cantante experimental Tom Krell
(que se esconde bajo el alias de How to Dress Well) oficia de eslabón perdido
entre ambos. Con un pie en el soul futurista y la electrónica no bailable, este
disco mágico, evocativo e inexplicable viene a confirmar lo que había
anticipado con Love Remains del 2010. Una verdadera rara avis.
Otra pequeña maravilla pop
que parece un gran disco que fue cajoneado vaya a saber por qué en los '90, pero no. Nocturne es el sucesor del aclamado Gemini en el que Jack Tatum y cía.
se afianzan en la búsqueda de ese pop ensoñado que tan bien les sale y que mama
tanto de los Yo La Tengo más pastorales como del post punk así como otras referencias
más ochentosas (The Cure cómo no, Depeche Mode). Un álbum plácido que junto con
el de The XX Y How to Dress Well rankean entre los discos más sexies del año que se nos fue (sí, sin contar a Frank Ocean).
Cloud Nothings- Attack on
Memory
Hay que decirlo: este fue el
año en el que el rock de dientes apretados, guitarras y baterías al mango, de
espíritu noventoso y con coritos que no le temen al “uoh oh oh” y a los
estribillos con cantitos tuvo su lugar y creo que, sin que entre ellos mismos
lo sepan, una especie de vuelta con gloria. El disco que nos ocupa junto a
Celebration Rock de Japandroids, Hypnotic Nights de JEFF the Brotherhood, Metz
de Metz y si se quiere a los más british The Vaccines con Come on Age, son la
fiel muestra que ese
rock acelerado y cuasi punk que no le teme al hit tuvo en
el 2012 su año. Veremos si resiste, lo cierto es que de todas estas bandas los
Cloud Nothings son los que más riesgo corrieron metiendo a la picadora al punk
más universitario posible, con The Strokes y Nirvana sí, pero también a los TV. on the Radio en sus colgaderas.
Temas como "Wasted Days", "Fall In" y "Our Plans" merecen que uno pare la
oreja. Una banda a seguir.
Si vos te crees radical
porque escuchás slasher, doom, death, gótico y yo qué sé qué subgénero más aquí
tenés la posta. Esto es riesgo, esto es extremo. ¡Scott Walker loco! Uno de los
casos más particulares de la historia de la música de los últimos tiempos. Este
tipo que empezó cantando en un grupo adolescente bien ñoño se cortó solo y grabó en los '60 y '70 cuatro álbumes que son hoy de culto y que influenciaron a un montón de
gente, como Bowie, Jarvis Cocker y al mismísimo Brian Eno (que confiesa en el
documental sobre Walker A Century Man que lo humillaba escuchar algunas
grabaciones de Scott, justo a Eno que siempre estuvo un paso adelante) y que tras
algunas críticas y ventas no tan favorables se desapareció de la faz de la
tierra para aparecerse cuando le dio la gana editando discos en cuentagotas. Si
bien su último disco no era de hace tanto para lo que acostumbra Walker, en esta
cosa monstruosa y agresiva que es Bish Botsch vuelve a la provocación y a dar
un batacazo como los de antes. Vale la pena animarse.
Con semejante nombre uno no
puede imaginarse una tapa tan ambigua como la de este disco: un cuadrado a
pleno blanco con una especie de marca de agua celeste símil neón que reza el
nombre del mismísimo demonio. Lo que
menos hay aqúi es Satán, Belcebú o diablo. Si uno no había escuchado su
anterior disco (936, no, no es un número de puerta) se puede llevar una grata
sorpresa, ya que aquí no se nos incita al baile diabólico ni a la invocación
del mal, sino que la pareja que conforma Peaking Lights (Aaron Coyes e Indra
Dunis) nos bañan en las placidez de la colgadera neopsicodélica y beben de las
siempre caudalosas aguas del dub, dando lugar a un disco brumoso y que tiene la
capacidad de transportarte de tu cascarón hacia otro lugar (mejor).
JEFF The Brotherhood-
Hypnotic Nights
Entre las tantas
competencias silenciosas que tienen esos enemigos que son Jack White y Dan
Auerback de The Black Keys está la de quién produce a más y mejores bandas. El
caso de los hermanos (Jake y Jamin Orrall) que conforman JEFF the Brotherhood
agrega picante a esta contienda ya que empezaron grabando en los estudios de
White y colaborando con él, pero grabaron su último álbum con Dan Auerback
(¡eso en mi barrio es pelea!). Chusmerío aparte el disco está bárbaro, es una
grajea de pop rock garargero con un pie en la ruta y otro en bandas más geek
como los primeros Weezer. Además contiene uno de los temas del año para quien
esto escribe, el genial "Hypnotic Mind", que luego de escuchado no puede volver a
salirse del disco duro.
Boomgates- Double Natural
Uno como buen traumadito
musical siempre quiere “descubrir” nuevas bandas y después salir corriendo a
decir “mirá cómo está esto” y en pos de eso quizá a la hora de confeccionar una
lista como esta deja afuera a otra cosa que está bárbara para poder hacer gala
del “descubrimiento”. En nuestro caso ésta es una de esas bandas que no figuran
prácticamente en ningún lado pero que viene de Australia (tierra particular
si las hay, que nos dio a los Bee Gees y AC/DC, a INXS y a Radio Birdman, a
Midnight Oil y a los Lemonheads). Dicho país nos regala a esta pequeña preciosura que junto
con Tame Impala se convierten en los australianos ilustres del año que se nos fue. "Natural Progression" o "Whispering or Sing" explican el por qué de esta
semejante afirmación.
The Orb featuring Lee ‘Scratch’ Perry – The Observer in the Star House
El curso natural de las
cosas tenía que hacer que en algún momento algunos de los discípulos que en los '90 se basaron en
las enseñanzas de esa última revolución musical jamaiquina que fue el dub se
juntarán con él, con el mismísimo genio del dub, el científico loco que innovó
en el estudio con un sinfín de nombres (Marley a la cabeza). Estamos hablando
Lee Perry, quien se ve que está de humor para colaborar: aquí nomás en
Argentina lo hizo con Nairobi, en un excelente disco. La cuestión es que el dúo
de los ahora veteranos The Orb decidieron unir fuerzas con el más que veterano
productor dando lugar a un verdadero cuelgue espacial y sensorial. "Ball of
Fire", "H.O.O" y "Soulman" por solo citar algunos vuelven tribal lo mundano
y a la ciudad en una jungla.
Es curioso que dos de los
más resonantes discos del año en cuanto electrónica se refiere provengan de
bandas canadienses (¿o no?). Lo cierto que el más que hypeado III de Crystal
Castles y este Visions de Grimes tienen lo suyo. Electrónica sintetizada al
mango, espectral, introspectiva, que invita al baile epiléptico de Ian Curtis.
Pero en el caso de Claire Boucher (su verdadero nombre) es un poco más
poptmista que el de sus coterráneos. Lo avalan temas como "Genesis" u "Oblivion" que hacen que se haga imposible no quererla un poco.
Sallim Nourallah- Hit Parade
Otro de esos que puede que
muchos no le hayan dado bola pero que aquí tiene su bien merecido lugar. El
estadounidense (sí, aunque tenga es e nombre es de EE.UU.) Sallim Nourallah es
otro de los que no aparece en las listas de por ahí pero que, escuchando este,
su Hit Parade uno no entiende por qué. Si Devendra Banhart la gasta Sallim
también debería. El disco está poblado de bellos momentos que merecen más
atención en este muchacho. "38 Rue de Sévigne", "Unstoppable", "Channel 5" y "Goddamn Life" están para ahí para corroborar estas palabras.
Nunca mejor un título par un
disco. Si bien es cierto que Cliff (la primera verdadera estrella de Reggae
fuera de Jamaica) viene editando con regularidad se despega un tanto de sus
anteriores producciones, de esta manera renaciendo y entregando el mejor disco
del año para acompañar al humo dulzón. La estrella no sólo se mueve en lo que puede sonar anquilosado del género en otros sino que se desplega en todas sus variantes y ritmos
previos (ska, rock steady y mucho roots reggae) entregando una serie de
verdaderos hits e himnos en potencia como "World Upside down", "One More" y hasta
un cover de los Clash ("Guns of Brixton").
Formados en 1982 estos
mutantes que son post rock antes de que se hablara de eso entregan luego de 30
años algo sí como su culminación y el que quizás se su álbum más accesible (lo
cual no significa que sea súper accesible). A lo largo de dos discos y casi dos horas de duración y
con la voz invitada de una ilustre como Karen O de los Yeah Yeah Yeahs, Swans despliega todas sus facetas, desde el aspecto más drone o metálico hasta el más inventivo
y alucinado prog rock. Sólo para intrépidos.
Flying Lotus- Until the Quiet Comes
Luego del celebrado Cosmogoroma
del 2010, Steven Ellison se despacha con un disco lleno de detalles mínimos
pero envolventes que parecen la música
de fondo que puede sonar en nuestra cabeza si es que suena música de fondo en
ella. Con invitados ilustres como Erykah Badu ("See Thru U") y Thom Yorke
("Electric Candyman") el grone redobla la apuesta y sale airoso en su cuarto
trabajo.
Uno de los discos más
desconcertantes que puedas escuchar del año que pasó sea seguramente este de
Dan Deacon. Un quilombo de sintetizadores y juguetitos para nerds que, sin
escalas, puede pasar de lo bello a lo exasperante pero sin por ello perder el
encanto. ¿Cómo lo hace? No sabemos, pero seguro deba a su poder freak. Este
rarito viene a completar lo que ya había hecho en Bromst y Spiderman of the
Rings. Deforme.
Por esas cosas de la
subjetividad y el espacio quedaron afuera de esta lista -que conste- varios
discos sumamente interesantes. Estos son: Cody
ChesnuTT - Landing on a Hundred; Ariel
Pink´s Haunted Graffitti- Mature themes; Aimee Mann- Charmer; Amadou et Mariam-
Folila; Animal Collective- Centipede Hz; Crystal Castles- III; Elbow- Death in
the Boot; Gangstagrass- Rappalachia, Mark Eitzel- Don’t Be a Stranger; Muse-
The 2nd Law; Metz- Metz;
Mumford & Sons- Babel; Of Montreal- Daughter of Cloud; Passion Pit-
Gossamer; Paul mc Cartney- Kisses on the Bottom; Red Kross- Researching the
Blues; St. Ettiene- Words and Music by St. Ettiene; The Men- Open Your Heart;
The Raveonettes- Observator; The Vaccines- Come on Age; The Walkmen- Heaven; Y
la Bamba- Court the Storm; Yesayer- Fragrant World y ZZ Top- La Futura.