martes, 21 de julio de 2015

Microdancing


Como cabeza de cartel de Sesiones Estéreo, Babasónicos se presentó en el Hotel Radisson y demostró una vez más por qué son referentes indiscutidos en eso a lo que podríamos llamar rock latino.

La entrada del Hotel Radisson que da a la calle Colonia, ahí donde la misma muere sobre Juncal (cuadra corta pero ventosa para un día de invierno si las hay en Montevideo) se vio desbordada, con un movimiento que seguramente resultó inusual a pesar de encontrarse allí el casino del mencionado hotel. Los atentos pero un tanto desconcertados empleados del hotel vieron desfilar ante sus ojos a la más variopinta fauna nocturna de Montevideo. No es que no vean cosas, estamos hablando de un hotel, pero lo que vieron esos empleados que seguramente entendían poco y nada es que en el segundo piso estaba teniendo lugar una fiesta, la primera de Sesiones Estéreo, que tuvo como plato fuerte a Babasónicos, tocando en una sala que en otros países (pongámosle México) a esta altura les quede chica, por lo cual fue un verdadero privilegio verlos de manera adecuada tanto si uno estaba en la barra, en el sector vip o donde se le ocurriese pararse.

Luego que Fernando Picón calentase la pista con su inusual mezcla de clásicos rockeros con electrónica ATP, y pasada la 1:30 de la madrugada del sábado, Babasónicos salió a escena. Los comandados por Adrián Dárgelos causaron la histeria de un público producido para la ocasión, que bailó en el mullido piso alfombrado durante todo el recital y no paró de corear, arengar y celebrar cada una de las ocurrencias que la perfomance de aquel (al que se lo notaba muy contento e inspirado) les brindaba, ya fuese sacando la lengua en forma lasciva, contorneándose cual pantera negra o sacudiendo las cachas. Lo de Babasónicos fue un show de rock incendiario, bien a la usanza glam alla Marc Bolan-David Bowie-Gary Glitter que tanto les gusta cultivar y con un público entregado a esa hora y media de éxtasis que la banda proporcionó. Entre medio de hits, gritos eufóricos, celulares de última generación permanentemente disparando flashes y atuendos exclusivos, los de Lanús se tomaron la molestia de revolver en su excelso y amplio cancionero para desenterrar gemas que, para quienes venimos siguiéndolos desde hace un buen tiempo -antes de que la bomba expansiva de Jessico llegase a todo el continente- son momentos a atesorar, más sabiendo que Babasónicos es una banda en constante movimiento, que pocas veces mira el pasado con nostalgia de revisitarlo y que basa los set lists de sus shows en repertorio más bien reciente.



                               



El comienzo del show fue con “Uso”, que si bien es un tema de su último disco Romantisísmico del 2013 (que fue el eje del recital), no es de los que suelen tocar siempre, menos aún como arranque. Siguieron con una versión de “El Colmo” a la que Dárgelos empezó a cantar directamente desde el estribillo (ese inoxidable “canción llévame lejos”) y siguieron con “Risa”. Pero en lugar de seguir con lo previsible, los baba pelaron del baúl el temazo que abría su clásico Miami (1999), hablamos de “4 AM”, que por su música y carácter un poquitín libidinoso sentó las bases, quizás sin saberlo, para los temas que hoy todos conocen de la banda, los de Infame en adelante, los de estribillos pegadizos como chicles pero que intentan pervertir el sistema desde adentro. Le siguieron “Los burócratas del Amor”, “Run Run”, “Yo Anuncio”, “Negrita” con su deliciosa apropiación del dub, en la que los ahora fijos Carca y Tuta Torres aportaron su touch, “Desfachatados” (otro rescate de Miami, que no tocan muy a menudo) a la que engancharon con la reciente “Paisano”, “El Baile de Odín”, “Sin mi Diablo”, “Putita” (pocos pueden pensar que este mega hit está más que influenciado por The Beta Band), “¿Y Qué?” (a la cual engancharon con “Egocripta”, o de cómo los baba entendían a Black Sabbath en 1997), “Muñeco de Haití” que terminó convirtiéndose en “Sheeba Baby” (si no escuchó Trance Zomba hágalo ya), “Fizz”, “Carismático”, “Yegua”, “Aduana de Palabras” y “La Lanza”.


Luego de semejante lista de temas todavía quedaba tiempo para el bis, y así fue. Luego de volver al escenario la banda se puso acústica y tocó “Shambala” de su nuevo EP-objeto, en una inesperada pero bienvenida faceta acústica que permitió descansar a los más bailarines y ponerse más acaramelados a los que ya venían melosos. Cerraron la tríada dos temas de A Propósito, su anteúltimo disco, “Floro y Fauno” y “Fiesta Popular”, que aun entonada sin ironía por Dárgelos, dejaba entrever el carácter ponzoñoso que esconde, el cual se redimensionaba por el contexto: “chicas ricas no le tengan miedo esto es sólo una fiesta popular, chicos ricos no se asusten tanto esto es sólo una fiesta popular”. Nadie pareció sentirse aludido y la banda se despidió con un “Babasónicos ama a Montevideo” que seguramente fue un sentimiento mutuo. La encargada d ecerrar la noche fue la DJ Valentina Niremberg.







(*) Este artículo fue publicado previamente en Cooltivarte.com

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