Todos bien saben que las listas con "lo mejor de" son meramente subjetivas, quienes las realizan están poniendo sus gustos por sobre los del resto de los mortales y está bien que así sea, ya que de esa forma se puede dialogar y debatir con los demás. Sin embargo, esta subjetividad puede jugar en contra de uno mismo a la hora de elegir, es por ello que en Spleen hacemos justicia y reinvindicamos diez discos más del año 2013 que pasó y que perfectamente pudieron integrar nuestra lista. Pasen y vean, y lean y escuchen.
Jim James - Regions of Light and Sound
Vaya a saber por qué dejamos afuera este hermoso y cósmico (tal cual su nombre) álbum del barbudo líder de My Morning Jacket en plan solista. Canciones menos centradas en la americana y la influencia de Young y Dylan que su banda lleva marcada a fuego, pero siempre manteniendo el costado psicodélico del asunto. Adictivo.
John Murry - The Graceless Age
Un disco descarnado el de este songwriter que debuta en plan solitario con The Graceless Age, título que alude sin dudas a los malos momentos vividos. A mitad de camino de Mark Eitzel (American Music Club), quien también editó el recomendable Glory, y Nick Cave, un disco para escuchar en esas noches en que te sentís un tanto solista, o bien para colorear de hermosa melancolía un atardecer o su reverso.
Iron and Wine - Ghost on Ghost
Otro que se nos pasó fue el último de Samuel Beam, mejor conocido como Iron and Wine, que en el disco que nos ocupa se despachó con un exquisito puñado de canciones, agridulces ellas pero a veces jubilosas cuando son acompañadas de los sutiles vientos. Climas y armonías cuidadas al extremo que calan hondo. Una delicia que no debimos pasar por alto.
Laura Mvula- Sing to the Moon
No es un disco fácil el de esta británica que aspira a las grandes ligas de la canción de jazz al estilo de Billie Holliday y Ella Fitzgerald (sin querer elevarla misma altura, claro está) pero vale la pena darle una oportunidad, ya que gana con las sucesivas escuchas. Un disco que atraviesa todos los matices y estados de ánimo de manera sutilísima. Para cocinar a fuego lento.
Blood Orange - Cupid
Blood Orange es uno de los tantos alias de Devonté 'Dev' Hynes (el otro es Lightspeed Champion), colaborador de, entre otros, The Chemical Brothers y Florence And the Machine, que se cortó solo y entregó uno de los discos del año en cuanto a eso que podemos llamar R & B futurista o funk espacial y que tuvo varios exponentes este año (Beyonce, Drake, el propio Kayne West) pero que en este caso, cual Prince embadurnado de miel, se vuelca más al dormitorio que al cuelgue bailable.
Julianna Barwick - Nephente
Nephente es el nombre de una antiquísima droga proveniente de una extraña flor; dicha sustancia parece te dejaba en un estado de sópor y olvido que perfectamente puede sucederle a los que escuchan estas enrarecidas canciones. Mezcla de los climas etéreos de Cocteau Twins y Dead Can Dance y el avant garde de una Laurie Anderson, es el disco que suple la falta de uno de Bjork en el 2013. Onírico.
Future Bible Heroes- Partygoing
El buenazo pero ermitaño de Stephen Merrit no tiene techo. Además de comandar a los esenciales Magnetic Fields, el Saussure del pop sacó un tercer disco de esta banda paralela que vendría a encarar el costado más alegre y juguetón, si se quiere, de su principal banda. Simplemente irresistible.
Goldfrapp - Tales of Us
Alison Goldfrapp, quien allá por los primeros noventa colaboró con el esencial Maxinquaye del fumeta Tricky, vuelve a su banda homónima con su coequiper de siempre (William Gregory en sintes) y se despacha con el que quizás, pueda considerarse su mejor disco. Para dejarse llevar.
!!! - Thr!!!ler
La banda de nombre impronunciable (léase Chk Chk Chk) se despacha con un disco que tira para arriba y que se toma las cosa con cierta liviandad, lo cual, a veces, no está mal. Parodiando/homenajeando a Michael Jackson desde el título, estos popes del dance-punk te llevan de la mano al la pista y no te sueltan. Contagioso.
Sky Ferreira - Night Time, My Time
El 2013 fue un gran año para el pop (así, a secas). Junto con los de Chvrches y Lorde, este disco de la vampiresa Sky Ferreira muestra el costado perverso que pueden adquirir las canciones más radiables. Esta nueva chica mala (lean las noticias sobre ella) no sólo ladra, también muerde. Promisorio futuro, recuerden.